Sergio Arce
Una adulta mayor de 89 años, vecina de Desamparados, se convirtió días atrás en una de las de las 47 personas que en Costa Rica han perdido la vida a causa de la COVID-19 desde el 18 de marzo, cuando se reportó el primer deceso.
La mujer falleció el 30 de junio, luego de que desde el 22 de ese mes comenzó con los síntomas característicos de la enfermedad: fiebre, diarrea, dolor de cabeza, malestar generalizado, fatiga y dolor de garganta.
Tras los resultados de una prueba que reveló que ella tenía el virus del SARS-CoV-2, la señora fue llevada al Centro Especializado de Atención de Pacientes con COVID-19 (Ceaco) en La Uruca, según relató a este medio Heiner Sánchez, nieto de la mujer.
La familia mantuvo las esperanza de que su abuelita y mamá se recuperaría de una enfermedad, que se ha ensañado con los adultos mayores.
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El 29 de junio sus nietos y otros miembros de la familia le mandaron mensajes de aliento y apoyo y una de las enfermeras los imprimió y se los enseñó a la señora, cuya identidad no trascendió a solicitud de Heiner.
“Cuando ella se los leyó mi abuela le dijo a la enfermera que nos dijera que no quería mucho”, contó Sánchez de 21 años, quien agregó que ese día le llegó la notificación a su casa de que tanto él como su mamá de 52 años y su hermano 25 años resultaron positivos con coronavirus.
Incluso, el mismo 30 de junio varios allegados tenían previsto ver a la adulta mayor mediante una videollamada, sin esperar que recibirían la dolorosa noticia del fallecimiento de su abuelita.
Amén la noticia sobre la muerte de su abuelita, la familia tuvo que prepararse para otro golpe emocional: ningún familiar podría estar presente en el sepelio.
Gracias a la buena voluntad del conductor del carro fúnebre (quien aceptó realizar la transmisión), la familia pudo observar el entierro de la señora por medio de la plataforma Zoom.
Sin haberse repuesto de ese momento tan doloroso, la familia recibió otro golpe el día después del entierro: el papá -Víctor Sánchez, de 55 años y quien se encargó de cuidar a su mamá, recién fallecida- resultó positivo con coronavirus.
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Los síntomas aparecieron muy rápido y el señor fue trasladado de urgencia al Ceaco. La familia entró en estado de zozobra, puesto que el estado de salud de don Víctor empeoraba cada día. El cuadro epidemiológico era delicado en vista de que él padece de Parkinson.
Sus hijos y esposa decidieron mandarle mensaje de apoyo. Las personas a su cargo en el Ceaco se los mostraron y poco a poco comenzó a mejorar. Y hoy está en su casa aunque en cuarentena y aislado del resto de la familia, que ya salió del trance de la enfermedad y hoy son pacientes recuperados.
Heiner agradeció la atención que la Caja Costarricense de Seguro Social le dio a toda la familia, con seguimientos desde el momento cuando los exámenes salieron positivos hasta su recuperación. Empero, lamentó que existan personas que aún crean que esta pandemia es un invento, a contrapelo del dolor de muchas familias -como ellos- que perdieron a un ser querido.
El pasado 13 de este mes, Daniel Salas, ministro de Salas, lanzó una fuerte crítica a quienes en redes sociales y en otros foros han lanzado dudas sobre la existencia de la pandemia.
Al inicio de su tradicional mensaje sobre los datos epidemiológicos de la enfermedad en las últimas 24 horas, el titular de Salud definió el concepto de pandemia y, minutos más tarde, lanzó sus críticas más duras para los escépticos; incluso, para quienes han elucubrado teorías de la conspiración.
«Es doloroso escuchar diferentes mensajes que han estado circulando en redes sociales, que aún con estas familias que están sufriendo, y que podrían ser muchísimas más y que podríamos tener muchísimos mas fallecimientos en Costa Rica sino hubiéramos hecho las cosas como las hemos venido haciendo desde que empezó la pandemia, y ver mensajes de que la pandemia se acabó, que esto es una falacia y que es un asunto inventado y es un asunto para meter control.
«Estos fenómenos ocurren, los virus son reales, las pandemias se dan cada cierto tiempo, y en este momento decirle a las familias de las personas que tienen hospitalizados en unidades de cuidados intensivos y que están llorando a sus familias que esto no existe, que este fue virus fue inventado es una crueldad, es un desprecio a la vida humana. Lamento mucho y veo con mucho dolor que exista este tipo de mensajes, de manifestaciones de que no hay pandemia», expresó Salas ese día.
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