Allan Arroyo
Josué Alvarado
La llegada de la Semana Santa activa el turismo, tanto dentro como fuera de Costa Rica, lo que se refleja este sábado en el movimiento de aviones y pasajeros en el aeropuerto internacional Juan Santamaría, en Alajuela.
La principal terminal de ingreso y salida de Costa Rica registraba largas filas en los mostradores de las diferentes aerolíneas, así como en los puntos de registro de migración para los pasajeros que salen del país.
Así lo evidencian los videos recibidos por la redacción de El Observador en la mañana de este sábado.
Números lo confirman
No es solo percepción de los usuarios que acudieron a la terminal. Los datos oficiales confirman el alto movimiento de turistas en el inicio de este período de receso.
Según información proporcionada por Aeris, empresa concesionaria de la terminal, para este sábado estaban programados 74 vuelos llegando a suelo nacional y 72 salidas.
Se estima que la cantidad de pasajeros llegando a Costa Rica solo hoy ronda las 12,000 personas, mientras que unas 11,600 personas están saliendo del país.
La fuerte demanda de servicios en el Juan Santamaría también se refleja en el movimiento de las pistas de aterrizaje, con una fila de aeronaves esperando su turno este sábado para poder movilizarse.
Inclusive, este medio conoció que la terminal aérea en Alajuela rechazó la posibilidad de recibir vuelos procedentes de Liberia, este sábado.
En la mañana, el aeropuerto de Guanacaste, Daniel Oduber, cerró por una hora debido a falta de personal en la torre de control, por lo que seis vuelos se vieron afectados.
Movimiento este sábado en aeropuerto Juan Santamaría (cortesía)
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Fuerte temporada
El ministro de Turismo, William Rodríguez, anunció, semanas atrás, que la entrada de viajeros en Costa Rica sigue creciendo a inicios de este 2024.
Durante enero y febrero, y ahora para marzo, las aerolíneas destinaron cerca de 100.000 asientos más por mes para la actividad turística en en el país. Esto incluye tanto asientos para quienes entran, como para quienes salen.
Por ejemplo, en enero del 2019 se programaron para Costa Rica 412.395 asientos y en enero del 2023 la cifra llegó a 405.503. Para enero del 2024, ese número subió a 510.503. El crecimiento es de 105.000 asientos.
Si se comparan los datos de los meses de febrero, el comportamiento es similar. En el 2019 se registraron 367.207 y en el 2023 subió a 370.894. Para febrero del 2024 se programaron 463.066 asientos, es decir, hubo un crecimiento de 92.000 asientos.
Además de los asientos programados, el ministro presentó datos sobre la cantidad de turistas que ingresaron al país en enero del 2024. El conteo finalizó en 270.712.
Este es el enero con el mayor número de visitantes desde el 2015.
El jerarca informó que Estados Unidos, Canadá, México y Europa siguen siendo los principales destinos desde los cuales visitan el país. También dijo que hay una "tarea pendiente en Suramérica", haciendo referencia a la disminución de turistas desde esta región.
"Lo estamos haciendo muy bien, a pesar de que hay gente que dice: 'bueno, es que nos preocupa el tipo de cambio'. Lo que más nos preocupa es la seguridad y la seguridad estamos viendo con preocupación el atraso que ha habido en la aprobación de los proyectos de ley de seguridad", señaló el presidente de la República, Rodrigo Chaves, en conferencia de prensa el 28 de febrero.
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Números con cautela
El Instituto Costarricense de Turismo (ICT) informó en marzo que el gasto promedio de los turistas que visitan Costa Rica aumentó de $1.590,6 a $1.892,8. Este incremento de casi 19% se traduce en $302,2.
Sin embargo, esto podría no estarse traduciendo en más ingresos para el sector turístico. La explicación que da el gremio es que el año pasado atendió a más turistas pero con menos personal.
“Recibimos con cautela el dato del incremento del gasto promedio de los turistas. Si bien es cierto este incremento puede ser percibido en el sector privado no así es igualmente aprovechado producto de dos factores”, comentó la directora ejecutiva de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), Shirley Calvo.
El primero de esos factores es el tipo de cambio, que según reportes de la cámara el valor actual significa una pérdida de 20% por cada dólar vendido.
El segundo factor es que el sector informal de la economía turística (anfitriones que operan a través de las plataformas digitales y que no pagan impuestos) podría estar absorbiendo ese gasto mayor. De allí que el sector formal no lo percibe.
Calvo llamó a este grupo como “competencia fuerte y desleal”.
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