Sergio Arce
La historia de Abdullah y su hija Selva, de cuatro años, refleja el dramatismo de una cruenta guerra que comenzó hace nueve años en Siria y que ha cobrado la vida de al menos 400.000 personas, en su mayoría civiles.
Este padre y su familia huyeron de Idlib (último bastión rebelde que lucha contra el régimen de Bachar Al Asad) a la ciudad de Sarmada, cerca de la frontera con Turquía, con el fin de escapar del horror de la guerra, que ha devastado ciudades enteras y ha expulsado de sus casas a más de 800.000 personas, aunque la cifra de desplazados fuera del país es de millones.
Para tratar de paliar las angustias y horrores de las bombas, Abdullah ha echado mano de su ingenio para hacerle creer a su pequeña niña que cada vez que explota una bomba solo se trata de un juego y que por eso hay que reírse. Esto quedó retratado en dos videos que usted puede ver en este enlace.
“Le enseñó a su hija de cuatro años que los sonidos de los aviones y las bombas eran un juego, cada vez que hay un sonido la familia se ríe para que el juego no se rompa”, explicó el periodista Mehmet Algan, quien compartió el video en Twitter.
Algunos comenzaron a comparar esta historia con la narrada en la película La Vida es Bella, que cuenta la historia de un judío-italiano que es enviado, junto a su pequeño hijo, a un campo de concentración donde el hombre trata, a toda costa, de mantener la cruda realidad oculta a su hijo y hacerle creer que todo se trata de un juego en el que debe ganar 1.000 puntos.
Çekim sırasında karşıdaki tepelere hava saldırısı düzenlenmesi üzerine, baba-kız gözlerimizin önünde dünyanın en zor oyununu oynadı.@Emusa87 pic.twitter.com/YmNBcUQ4uj
— Burak Karacaoglu (@brkkrcgl) February 18, 2020
“Cada vez que escucha una bomba, esta niña siria de cuatro años se ríe porque piensa que es un juego. Familias atrapadas en conflictos que tienen que hacer magia para crear refugios para sus hijos/as”, se quejó por su parte la Comisión Española de Ayuda al Refugiado.
Cada vez que escucha una bomba, esta niña siria de 4 años se ríe porque piensa que es un juego. Familias atrapadas en conflictos que tienen que hacer magia para crear refugios para sus hijos/as. pic.twitter.com/l7mdTgVF2B
— CEAR (@CEARefugio) February 17, 2020
