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Trump en Florida y Georgia, dos estados clave que Biden podría arrebatarle

(Ocala). El presidente Donald Trump buscó el viernes recuperar terreno en la carrera por la Casa Blanca, con mitines en Florida…

Por AFP

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Trump en Florida y Georgia, dos estados clave que Biden podría arrebatarle
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(Ocala). El presidente Donald Trump buscó el viernes recuperar terreno en la carrera por la Casa Blanca, con mitines en Florida y Georgia, exhibiendo un discurso duro contra su rival demócrata Joe Biden, cuando faltan 18 días para las elecciones.

Trump hizo campaña en estos dos estados que ganó hace cuatro años, pero en los que ahora podría imponerse Biden.

En efecto, los sondeos no son promisorios para el mandatario que busca la reelección, aunque Trump los califica de “falsos”.

“Vamos a presenciar una ola roja [el color de los republicanos, ndlr] de un tamaño sin precedentes”, lanzó en un mitin en Ocala, Florida, un estado que debe ganar si quiere reunir los votos necesarios en el colegio electoral para obtener un segundo mandato.

Ante una multitud que lo vitoreaba, Trump dejó de lado el coronavirus, al que se refirió en un mitin poco antes en Fort Myers, y lanzó una diatriba sobre la inmigración, la raza y contra Biden, a quien acusa de corrupción.

“Joe Biden es un desastre” y “un político corrupto”, dijo.

Los demócratas “no tienen más que desdén por vuestros valores” y “quieren convertir a Estados Unidos en un país comunista”.

Después lanzó sus comentarios contra los migrantes latinoamericanos, afirmando que los demócratas “inundarán sus comunidades con [inmigrantes] ilegales, drogas y crimen”.

Y arremetió contra la congresista demócrata somalí-estadounidense Ilhan Omar, que suele criticarlo abiertamente, la que -dijo- “odia a nuestro país” y “viene de un lugar que ni siquiera tiene un gobierno”.

Tampoco ahorró veneno para los periodistas, a quienes volvió a llamar “enemigos del pueblo”.

Mientras Trump hacía campaña en Florida y Georgia, Biden pasó el día en Michigan, un estado del norte que el republicano ganó por poco en 2016 pero donde las encuestas lo muestran ahora rezagado.

Allí habló junto a la gobernadora Gretchen Whitmer, acérrima oponente de Trump recientemente objeto de una desbaratada conspiración de extrema derecha que quería secuestrarla y “juzgarla” por “traición”.

“Debería conmocionar la conciencia de todos los estadounidenses”, lanzó Biden, y agregó que “la negativa” de Trump “a condenar a estos tipos es asombrosa”.

Y también abordó la gestión de Trump del coronavirus. “Nos sigue diciendo que este virus va a desaparecer milagrosamente”, lanzó.

“¡Por Dios! No está desapareciendo, de hecho está aumentando nuevamente, está empeorando”, dijo el postulante demócrata, quien en septiembre rompió su propio récord mensual con una recaudación de $383 millones, contra $248 millones para Trump.

Cautela

No obstante, Jen O’Malley Dillo, gerente de la campaña de Biden, dio una nota de cautela a los demócratas, al señalar que las encuestas a nivel nacional son engañosas: “no tenemos una ventaja de dos dígitos”.

Pero los sondeos no son favorables a Trump, cuyo optimismo no es compartido por miembros destacados de su partido como el senador de Nebraska Ben Sasse, que se unió a sus colegas Lindsey Graham, de Carolina del Sur, y Ted Cruz, de Texas, para expresar su preocupación.

En una llamada telefónica con los electores esta semana a la que el diario The Washington Examiner tuvo acceso, Sasse dijo que una derrota de Trump parece “probable” y que los republicanos también podrían perder el Senado.

“Estamos ante un tsunami azul”, dijo, refiriéndose al color del partido demócrata.

Sasse pronunció palabras duras sobre Trump, llamándolo “obsesionado con la televisión” y “narcisista”.

Por su parte, el senador Graham dijo a la AFP que los votantes comienzan a sopesar los pros y los contras de ambos partidos , más que enfocarse en la personalidad explosiva de Trump.

“Creo que las cosas mejoran para nosotros a medida que pasan los días”, señaló.

Trump y Biden celebrarán el último debate previo a las elecciones el jueves próximo. El que estaba previsto para este jueves, fue cancelado luego que el mandatario se negara de plano a sostener un encuentro virtual.

En cambio, ambos sostuvieron eventos con votantes que fueron transmitidos por sendas cadenas de televisión.

De acuerdo con datos de la firma Nielsen, 14,1 millones de espectadores siguieron el evento de Biden, contra 13,5 millones que miraron el de Trump.

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