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Sylvia Laks: Un traslúcido vívido, el arte del vitral

Mariana Sáenz Mora para El Observador El vidrio en sus manos se vuelve un material noble y sumiso, que sucumbe…

Por Redacción El Observador

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Sylvia Laks: Un traslúcido vívido, el arte del vitral
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Mariana Sáenz Mora para El Observador

El vidrio en sus manos se vuelve un material noble y sumiso, que sucumbe a las sinuosas formas que desee crear. Sylvia Laks tiene el poder de convertir cada trozo colorido de vidrio en parte de una historia que se cuenta frente a luz, sus vitrales tienen la presencia de miles de experiencias conjugadas en el color.

Sobre la mesa del taller tiene en proceso de ensamblado de un vitral circular. Refleja la meticulosidad del diseño impreso en un papel; la pericia del corte y preformado de vidrio se van concretando, el detalle del ajuste determina la calidad del acabado de la composición total.

En otras mesas más en su taller hay también piezas en proceso de restauración y obras nuevas cobrando forma.

El arte en su vida

El arte siempre ha estado presente en la vida de Sylvia Laks; desde adolescente cuando comenzó sus estudios de retrato en la casa del artista, hasta en su vida adulta cuando descubrió con fascinación la versatilidad del vitral como acento decorativo. Esa particularidad de una obra artística que cambia con el paso de la luz hora tras hora presenta un caleidoscopio de interpretaciones único.

“Me parece maravillosa la atmósfera que resulta de la luz atravesando el vidrio, disfruto de la experimentación de los pigmentos. Hay algunos colores más traslucidos y otros opalescentes, esa es una combinación que siempre me produce interés”, explica.

La gama de tonos es infinita, el vidrio es entonces para Laks lo que para un pintor es su paleta de color; y en su caso: una bastante original.

Requiere de una habilidad técnica que raya en la destreza de una meditación en pro de la paciencia. El resultado final debe ser impecable, pues el vitral siempre posee una fuerza implacable en los espacios que se coloque.

La técnica de grisalla

Los inicios de la construcción de un vitral de Sylvia tenían las raíces de un boceto a mano como el muralismo.

El desafío, al igual que hoy pero con avances tecnológicos, es proporcional a las dimensiones del encargo. Sin embargo, la aplicación de la técnica de grisalla es una práctica centenaria que la artista ha ido perfeccionado a lo largo del tiempo gracias a su inquietud por investigar.

Paulatinamente, este tipo de arte ha ido conquistando el ambiente contemporáneo como una expresión artística más allá de los lugares de culto. La veleidoso de los diseños pueden ser desde muy abstractos: estilos persas hasta temáticas más figurativas.

Composiciones y procesos fusionados

 “Algunos diseños se presentan como concepto a partir de un análisis cuidadoso del espacio en el que estará el vitral, del gusto de las personas que estarán en ese ambiente, del color y la luz disponible para crear un balance entre los opalescentes y los traslúcidos”, explica.

Tras 33 años de trabajar la técnica, para Sylvia Laks es imposible detenerse. Los momentos que son espacios para libre creación se sume en una de sus temáticas favoritas: la selva.

La atemporalidad de la fauna, el poder de la riqueza de muchos tonos y la opulencia del detalle son características que destaca mucho en vitrales que suelen ser de gran formato.

“El acabado para pintar el vidrio se logra con pinturas con óxido de metal mezclado con polvo de vidrio muy finamente molido y con cierto punto de fusión.  O sea, que estos esmaltes se fusionan al vidrio con una temperatura de 1080° F y lo de las grisallas a 1250° F. “, cuenta la artista.

“Son dos tipos de pigmentos, ya que el vidrio palescente no aguanta mucha temperatura entonces uno opta por otros pigmentos, pero igual se conserva muy bien”, detalla.

Basada en un ensamble de fotografías reales, crea una nueva perspectiva de un escenario producto de su interpretación. Busca con detalle los tonos de vidrio, y poco a poco los interviene pintándolos para darle a cada elemento textura y una constitución más real, es vital captar la esencia para que sea vivaz a través de la luz.

Fotografías por: Mariana Sáenz Mora y cortesía de la artista.

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