Tomás Gómez
Aunque llevan casi dos semanas sin casos nuevos de COVID-19 y tienen solo un caso positivo activo, los vecinos de Paquera son parte del grupo de miles de costarricenses bajo el “martillazo”de la alerta sanitaria naranja, una medida que podría tener efectos sociales según advierten las autoridades locales.
Por medio de un audio circulado entre los vecinos y compartido por su partido, Nueva República, el intendente local, Ulises González, calificó de “improvisación” y “decisiones absurdas” la inclusión de la comunidad en la alerta y advirtió de las posibles reacciones.
“Hemos estado solicitando a las autoridades dar respuesta clara y válida al porqué de esta miserable restricción. Porque si no quitan la alerta naranja el pueblo se levantará contra el gobierno”, sentenció.
González insistió en que no han tenido respuestas claras que justifiquen la medida, cuyos efectos se profundizan en el comercio local.
“La emergencia en Paquera está controlada, sin embargo la economía de los paquereños se ha salido totalmente de control, la gente está sumamente preocupada, molesta y con toda la razón”, concluyó.
Alertas “por accidente”
El llamado de Paquera se suma al que hizo la semana anterior, Tobías Murillo, alcalde de Garabito, quien advirtió que su cantón sería el primero en sublevarse contra las restricciones impuestas por la alerta sanitaria naranja que restringe la circulación vehicular y el funcionamiento de los comercios.
«¿Qué quieren? ¿Llevarnos a la ruina, llevarnos a la quiebra? Yo pregunto y quiero una contestación concreta y con buenos argumentos: ¿por qué los cantones vecinos de nosotros, que también son área turística, no tienen la medida naranja? ¿qué le cobran a Garabito?», manifestó Murillo en un video que circuló en esa ocasión.
Horas después de la amenaza del Alcalde, la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) indicó que la inclusión de la localidad había sido un error y procedió a quitarle las restricciones, al igual que lo hizo con El Guarco de Cartago.
