Christine Jenkins Tanzi
Cada vez que vaya al banco o haga un movimiento en sus cuentas podrían cobrarle ¢3 por cada ¢1.000 que retire o transfiera si se llega a aplicar un impuesto llamado “3 por mil” o tasa Tobin, para las transacciones financieras.
El tributo formaría parte de parte de la propuesta de ajuste económico que el gobierno empezará a negociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI), según consideran algunos economistas.
El impuesto generaría un rápido resultado de recaudación ya que puede ser cobrado por los bancos en cada movimiento entre cuentas y girado directamente al Gobierno, por lo que sería atractivo en un momento en que los ingresos por otros impuestos se han reducido a causa de la pandemia de COVID-19.
Por ejemplo, si una persona retira o transfiere ¢100.000 de su banco o cualquier entidad financiera, deberá pagar un impuesto de ¢300.
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La obligación podría generar aproximadamente $600 millones por año, según estimaciones del economista Gerardo Corrales, exgerente de BAC San José.
Corrales considera que una posibilidad sería que se introduzca un impuesto del 0,3% sobre los movimientos financieros por los primeros dos años que luego bajaría a 0,1% por un año. Además, podrían dejar exentas del impuesto a las cuentas de planillas y los retiros de efectivo en cajeros automáticos.
“Es una medida mala, pero la necesidad tiene cara de caballo”, consideró Corrales.
El Ministerio de Hacienda y el Banco Central no contestaron una consulta enviada este martes sobre si se estaría considerando un impuesto a las transacciones, conocido como tasa ‘Tobin’. Este jueves 17 de setiembre se presentaría al país la propuesta del Gobierno para acceder a un convenio con el FMI.
Destacada por Cubero
Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central, destacó el impuesto Tobin el pasado 28 de agosto durante un foro de diálogo ciudadano sobre la negociación con el fondo.
“Don Mauricio Ramírez, del Colectivo Raíces, nos mencionaba la idea de un impuesto tipo Tobin, nos hablaba de una tasa del 0,5% para transacciones financieras superiores a los $10.000 y le quisiera preguntar a don Mauricio si lo que tiene en mente es un impuesto para transacciones internacionales, tal cual lo planteó Tobin, o son transacciones también domésticas?”, preguntó Cubero durante el evento.
Para el economista Dennis Meléndez, existe el riesgo de que empiece como un impuesto temporal pero que luego se convierta en uno permanente debido a que tendría una alta recaudación de manera fácil.
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Como ejemplo, señaló el caso de Colombia, que introdujo originalmente una tasa del 2 por mil como una medida temporal en 1998 para superar una crisis bancaria. Sin embargo, la tasa pasó a 4 por mil mientras se introdujeron más transacciones exentas; 22 años después, el Gravamen a los Movimientos Financieros (GMF) sigue vigente.
La recaudación de este nuevo impuesto en Costa Rica dependerá mucho de las excepciones que se permitan, pero Meléndez estima que se podría recaudar entre 1% y 1,5% del producto interno bruto (PIB) con la medida.
“Hemos llegado a un punto en el cual, como siempre nos pasa, no dicen que ya no tenemos más remedio que hacer esto. Uno diría que primero que todo deben esforzarse al máximo por reducir gasto, creo que hay mucho espacio para reducir gasto sin necesidad de despidos masivos”, consideró Meléndez.
Christine Jenkins Tanzi
