Desde la columna

Protestas agrícolas y ganaderas en la Unión Europea

Agricultores y ganaderos llevan semanas manifestándose en Europa, exigiendo cambios en las políticas agrícolas nacionales y comunes europeas.

Por Desde la Columna

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Protestas agrícolas y ganaderas en la Unión Europea
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Rigoberto Vega Arias/ Presidente de laCámara Nacional de Agricultura y Agroindustria

Con un mundo globalizado e interconectado como el actual, las noticias prácticamente no tienen fronteras.

Los diferentes medios internacionales dan cuenta de que los agricultores y ganaderos llevan semanas expresando que están en crisis y manifestándose en Europa, exigiendo cambios en las políticas agrícolas nacionales y comunes europeas.

El 2024 empezó con movilizaciones del sector agropecuario en Alemania, cuyo Gobierno consintió mantener algunos subsidios. Luego de ello, las luces se dirigieron hacia Francia, Italia, España, Grecia y Bélgica, donde las protestas de los agricultores y ganaderos se tradujeron en importantes bloqueos en ciudades y carreteras, fenómeno que se extendió hacia otros países europeos.

Existe un generalizado malestar por los requisitos de la nueva Política Agraria Común (PAC) y los precios bajos en origen.

Pero las protestas también son por mayores cargas administrativas, la imposición de medidas ambientales radicales (como el Pacto Verde) y las importaciones provenientes de terceros países que afirman no cumplen las normas de producción europeas.

Resulta de relevancia fundamental recalcar que, a todos, pero sobre todo a los pequeños y medianos productores no organizados, se les dificulta asumir los crecientes costos de producción y, además, cumplir con las normas ambientales que cada vez los estrujan más.

La negociación de un Acuerdo Comercial con el MERCOSUR (o sea, la alianza económica de Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay) es también motivo de preocupación y protesta porque los quejosos consideran que los dejará en desventaja por la amenaza competitiva de las exportaciones del MERCOSUR para los productos europeos. Pero las demandas se extienden también a que no se ratifique el Pacto Comercial con Nueva Zelanda, que se detengan las negociaciones con China, Kenia, México, India y Australia, y a que no se ratifique el Acuerdo Integral de Economía y Comercio con Canadá.

Se exige para todas las negociaciones comerciales “una cláusula espejo”, de modo que a los productos importados se les obligue a cumplir con todos los requisitos europeos locales.

Agregan a sus demandas que los precios agrícolas sean superiores a los costos de producción, pidiendo precios de intervención y precios mínimos.

Luego de la movilización la gobernanza, local y comunitaria, ha ido cediendo ante algunas de las demandas y están abiertos al diálogo. ¿Les faltó visión de estadista? Seguramente así fue.

Si analizamos con atención las demandas de los productores y ganaderos europeos veremos similitudes con las expresadas en nuestro país por la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria en representación de sus asociados.

Nos hemos expresado en contra del desplazamiento de la producción nacional por parte de los productores importados, cuyo único beneficio, como lo atestigua la práctica oponiéndose a la fantasiosa teoría, lo reciben los intermediarios importadores porque el consumidor no ve rebajos en los precios. El caso del arroz ilustra lo expresado.

De ahí también la fundamental importancia de mantener en futuras negociaciones comerciales, como la Alianza del Pacífico, las exclusiones bilateralmente alcanzadas y los plazos de desgravación convenidos.

Al igual que en la Unión Europea, el asedio ambiental de parte de radicales que tienen mucho eco, es motivo de preocupación y queja en nuestro sector, pues cada vez se torna más difícil producir.

La desaparición de la producción agropecuaria, agroindustrial, acuícola y pesquera nacional no sólo le asestaría un golpe a la seguridad alimentaria, sino que dejaría sin empleo ni ingresos a más de 500 mil personas que de forma directa e indirecta dependen de tales sectores.

No se comprende por qué esperar al estallido social para hacer reformas, si un responsable ejercicio del poder consiste precisamente en anticipar esos extremos con el diseño, la promulgación y la ejecución de políticas públicas de mediano y largo plazo que tornen sostenibles actividades como las representadas por la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustrial, que crea miles de empleos, garantiza comida y reparte riqueza.

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