Tomás Gómez
Las privadas de libertad del Centro de Atención Institucional (CAI) Vilma Curling forman parte de la población, a la que se cortaron las visitas desde el 23 de marzo como medida de prevención ante COVID-19.
Desde entonces, la interacción con familiares, hijos y nietos se interrumpió hasta la semana anterior, cuando un nuevo sistema electrónico virtualizó las reuniones.
Gracias a la donación de cuatro tabletas, cada una de las internas tendrá derecho a una o dos videollamadas al mes con aquellas personas que estaban autorizadas a hacerles visitas físicas.
Según la ministra de Justicia, Fiorella Salazar, el sistema además funcionará como un piloto para replicarlo en otras cárceles y eventualmente evaluar su continuidad pasada la emergencia sanitaria.
“Nuestro objetivo principal ha sido que las privadas de libertad tengan ese acercamiento con sus familias, sabiendo que hace más de cinco meses han estado aisladas”, dijo por su parte Karina Díaz, directora de Costa Rica Fashion Week, organización que entregó los dispositivos.
La directora del centro penal de mujeres, Kattia Góngora, destacó que la medida respalda los derechos humanos de la población privada de libertad.
