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Netflix: la aclamada e irresistible ‘The Devil all the Time’

@Popcorn506 para El Observador The Devil all the Time –también conocida por su nombre en español, El diablo a todas…

Por Desde la Columna

Tiempo de Lectura: 3 minutos
Netflix: la aclamada e irresistible ‘The Devil all the Time’
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@Popcorn506 para El Observador

The Devil all the Time –también conocida por su nombre en español, El diablo a todas horas– es uno de los estrenos recientes más esperados y aclamados de la plataforma Netflix.

Dirigida por Antonio Campos -creador, entre otras, de la muy interesante serie Sinner- The Devil all the Time se planta ante nosotros con un cartel irresistible.

Su título, tan potente como atractivo, puede mostrar una ligera idea de lo que vamos a tener delante.

Y su reparto tampoco se queda atrás. Nombres tan prestigiosos en el cine actual como Robert Pattinson o Tom Holland, que se encuentran rodeados de muchos otros brillantes intérpretes, como Haley Benett, Harry Melling, Bill Skarsgård o Jason Clarke, son otros motivos para acercarse a esta película.

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Digna de recomendar. Aquí las razones

Pero no nos vamos a quedar en la superficie, porque esto puede resultar engañoso. Para conocer mejor los motivos que hacen que The Devil all the Time sea una película para recomendar son los que resultan de un trabajo preciso desde la propia historia hasta la constante puesta en escena, que permite que el trabajo de los que están delante y detrás de la cámara luzca con mayor brillo.

La película nos cuenta la historia de un joven llamado Arvin que, por avatares del destino, pierde a sus dos padres y acaba siendo criado por sus abuelos en un entorno bastante religioso.

Pero la religión no es el mayor de los problemas, sino la violencia que ha ido sufriendo, desde que era solo un niño en su pueblo natal, hasta lo que va viendo en el colegio y que afecta también a su hermana adoptiva, Lenora.

Ambos conceptos, la religión y la violencia, están presentes desde los primeros instantes del filme, con una visión dura y agresiva de cómo eran esos años en la América profunda y rural.

Un reverendo desquiciado

Los sermones del reverendo Laferty, un desquiciado fanático, crean una atmósfera intranquila desde el comienzo, así como de desconfianza.

Y esto va dando coherencia y tensión a la evolución de nuestro querido Arvin, un personaje complejo que va creciendo a golpes, tanto físicos como psicológicos, y que alcanza la madurez sin renunciar a la bondad de su conciencia y a su deseo de hacer justicia.

Una personalidad y una historia tan compleja por su relación con la violencia que resulta tremendamente coherente el ver cómo despliega las consecuencias de actos involuntarios a los que se va viendo abocado, tanto en el colegio como en la iglesia.

Este Arvin, interpretado por Tom Holland, puede que sea uno de los mejores personajes a los que jamás se ha enfrentado el joven actor. Uno de los mejores personajes y uno de sus mejores trabajos, además, que nos alcanza y nos impacta por la dureza que imprime, necesaria para comprender al joven al que encarna.

Otro personaje fundamental es el encarnado por Robert Pattinson que, aunque secundario en lo que se refiere a su minutaje, es esencial en el desarrollo de la película. Un personaje que, en la estela del primer reverendo interpretado por Harry Melling, produce sensaciones encontradas, y refleja una faceta perversa de la religión, pero, sobre todo, de aquellos que la malentienden, malinterpretan y pervierten.

La pareja de psicópatas

Además de estos importantes, causan impresión la pareja de psicópatas interpretada por Jason Clarke y Riley Kelough. Con una introducción de los mismos muy original, el montaje nos va mostrando poco a poco sus acciones y su influencia en lo que va aconteciendo alrededor de Arvin. Porque, al final, la historia acaba reconociéndose a sí misma y lo que en un principio parecía no tener demasiado sentido, al final lo tiene mucho más.

Por concluir: The Devil all the Time es una película densa, llena de matices y con muchos aspectos que se van descubriendo y apreciando según avanza y según se reflexiona a posteriori.

A pesar de sus buenos momentos de tensión, no es una película que haga vibrar en términos de acción o ritmo, pero sí que puede erizar la piel con la profundidad que alcanzan algunas de sus escenas y de sus diálogos.

Es una película que, una vez vista, encaja mejor con su título y que, incluso cuando la primera impresión pueda no gustar, mejora con el paso del tiempo. Un título interesante que confirma la apuesta de Netflix por un tipo de cine más reposado, pero tremendamente rico.