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Mayoría de ticos posee un tipo de sangre que sería más resistente al coronavirus

De acuerdo con los registros del Banco Nacional de Sangre el 53% de los costarricenses tiene sangre tipo O+, en…

Por Tomás Gómez

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Mayoría de ticos posee un tipo de sangre que sería más resistente al coronavirus
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De acuerdo con los registros del Banco Nacional de Sangre el 53% de los costarricenses tiene sangre tipo O+, en la cual se está estudiando una mayor resistencia a la COVID-19.

La investigación, dada a conocer esta semana, estuvo a cargo de 23andMe, una empresa californiana de biotecnología dedicada al análisis genético.

Tras revisar 750.000 casos, la empresa encontró un patrón en el que los pacientes con sangre O, sin importar si es positiva o negativa, tenían entre 9% y 18% menos de probabilidades de contraer el virus.

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“Los datos preliminares sugieren que el tipo de sangre O parece ser protector contra el virus en comparación con todos los demás tipos de sangre”, señaló el análisis, que pone luego como grupos más resistentes a A, al B y finalmente a los AB.

La empresa indica que la diferencia es mínima pero palpable, lo que se demuestra al analizar, por ejemplo, los contagios entre la población expuesta al virus, tales como funcionarios de salud y trabajadores escenciales, que dan como resultado:

De acuerdo con el Financial Times y Bloomberg, los datos de 23andMe llegan a resultados similares a los de otros dos estudios, aún por revisar, que han relacionado el desarrollo de la enfermedad con el gen ABO. Uno en China descubrió que el grupo sanguíneo O estaba asociado con un menor riesgo de adquirir Covid-19.

Otro, de científicos de la Universidad de Columbia en Nueva York, descubrió que solo las personas con el tipo de sangre O+ tenían menos probabilidades de tener un caso confirmado de Covid-19. El estudio 23andMe no encontró diferencias entre los tipos de sangre O+ y O-.

En busca de pistas

El embate sorpresivo de la pandemia ha puesto a los países a correr para buscar medicamentos o al menos explicaciones sobre el mal que en cuestión de semanas se esparció por el mundo, una misión en la que el estudio sanguíneo ha sido recurrente.

China analizó originalmente la susceptibilidad a la enfermedad mientras que Italia y España se concentraron en la relación de la gravedad de la enfermedad y el tipo de sangre.

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23andMe, destacó vínculos con la coagulación sanguínea y la enfermedad cardiovascular, factores de peso en el avance del virus.

Los hallazgos en todo caso son apenas preliminares y de acuerdo con la empresa el siguiente paso será continuar con la revisión de antecedentes de pacientes y generar una plataforma lo suficientemente sólida que responda más preguntas sobre la evolución de la enfermedad.

Los secretos del ABO

Antes del año 1900 la ciencia no había encontrado diferencias entre la sangre de las diferentes personas, lo que generaba efectos adversos en procedimientos médicos como transfusiones.

No fue sino hasta que los estudios del austriaco Karl Landsteiner ubicaron diferentes características particulares en los glóbulos rojos y el plasma que se descubrió que, en efecto, existían variaciones sanguíneas según la persona.

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Según cada grupo se desarrollarán los antígenos, que son la sustancia encargada de generar anticuerpos y la respuesta inminutaria.

Estos grupos se dividen inicialmente en A, B y O, y según el tipo de proteína Rh presente en los glóbulos se catalogarán adicionalmente como positivos o negativos.

Estudios con otras enfermedades han demostrado que cada grupo sanguíneo tiene comportamientos particulares ante microorganismos, parástitos y virus, una hipótesis que ahora se trata de llevar a la COVID-19.