Deportes

Lewis Hamilton, el chico que vino de la nada y se convirtió en gigante

(Austin, Texas). Lewis Hamilton se consolidó este domingo como un gigante de la Fórmula 1 al conquistar su sexto título…

Por AFP

Tiempo de Lectura: 3 minutos
Lewis Hamilton, el chico que vino de la nada y se convirtió en gigante
Facebook Twitter Whatsapp Telegram

(Austin, Texas). Lewis Hamilton se consolidó este domingo como un gigante de la Fórmula 1 al conquistar su sexto título mundial, un sorprendente logro que “no está mal para un niño que surgió de una vivienda social”.

Su segundo puesto en el Gran Premio de Estados Unidos lo propulsó más allá de los cinco títulos del argentino Juan Manuel Fangio, a quien describe como El Padrino, y lo acercó a uno de los siete campeonatos que ostenta el alemán Michael Schumacher.

Hamilton ya había superado a hombres como el australiano Jack Brabham, el también británico Jackie Stewart, el austríaco Niki Lauda y los brasileños Nelson Piquet y Ayrton Senna, en una trayectoria espectacular. Hijo de un matrimonio interracial que se separó, el actual campeón de 34 años creció en una vivienda de protección oficial, donde su padre Anthony llegó a alternar tres trabajos para financiar su embrionaria carrera en karts.

Su camino, surgido prácticamente de la nada, careció de privilegios y lujos, pero desde temprana edad quedó claro que tenía un don excepcional para la velocidad, descaro e instintos propios de un corredor nato.

En 1995, con 10 años y con una chaqueta y zapatos prestados de su predecesor como campeón británico de karting, asistió a una ceremonia de premiación en Londres, donde conoció al entonces jefe de la escudería McLaren, Ron Dennis. Pidió un autógrafo y le dijo que “un día quiero correr por ti”. Dennis respondió: “Llámame en nueve años y te arreglaré un contrato”.

Rivalidad con Alonso

Atrevido, determinado e individualista, casi ganó el título en un estreno de récord, ya que hilvanó nueve podios sucesivos desde su debut en Melbourne, Australia, y rompió moldes tanto por su estilo como su velocidad.

Dentro y fuera de la pista era rápido, algo mercurial y ocasionalmente temperamental, combinación que derivó en una feroz rivalidad con su compañero de equipo y dos veces campeón, el español Fernando Alonso, quien dejó McLaren a final de año.

Fue una señal de lo difícil que resultaría para futuros compañeros de equipo la convivencia con Hamilton, quien estuvo a punto de conquistar el título de 2007 pero acabó coronándose en 2008 con un dramático quinto puesto en el Gran Premio final de Brasil.

Tampoco escondió su frustración al no poder alcanzar McLaren la velocidad necesaria para vencer a su actual rival y cuatro veces campeón Sebastian Vettel, cuando el alemán registró cuatro triunfos consecutivos con Red Bull, desde 2010 a 2013.

Por entonces Hamilton ya se había ido a Mercedes, lejos de la alargada sombra de Dennis y de su padre, y donde encontró la libertad necesaria junto con su compañero de equipo, el alemán Nico Rosberg, amigo y rival de karting en su época adolescente.

Ello permitió a Hamilton adoptar un estilo de vida más bohemio, mezclándose con músicos y profesionales del mundo de la moda, que atrajo no pocos titulares. Mostró poca predisposición por seguir convencionalismos y, según muchos observadores, le dio a la Fórmula 1 una inyección de frescura y diversidad, repitiendo como campeón en 2014 y 2015.

Rosberg rompió finalmente la racha de Hamilton en 2016 y luego se retiró, dejando que el británico volviera a dominar. Su antiguo compañero de equipo en McLaren, Jenson Button, resumió la velocidad pura de Hamilton al opinar que “para mí, en una vuelta, no creo que haya alguien tan rápido como Lewis y no creo que lo haya habido nunca”.

“Nunca satisfecho”

Esa velocidad, siempre asociada a su talento natural, se ha traducido en las últimas temporadas en una actitud más madura como líder.

“Nunca está satisfecho. Nunca se conforma. Nunca está contento con su ubicación como piloto de carreras y ser humano. Quiere optimizar, desarrollarse, y es una parte muy importante del liderazgo del equipo”, opina Toto Wolff, jefe de Mercedes.

Más allá del deporte, parece crecer el interés de Hamilton por los problemas sociales, destacando recientemente sus preocupaciones por el medio ambiente mediante una publicación en  Instagram, donde declaró que el planeta era “un lugar desordenado” y sintió que quería “darse por vencido”.

El comentario, incluidas sus revelaciones sobre un estilo de vida vegano, desencadenó acusaciones de hipocresía. “Soy humano. Como todos, tenemos días de altibajos. Eso es lo que realmente he estado tratando de transmitir”, alegó.

Su propia carrera y búsqueda de autoexpresión y libertad le animan también a aconsejar a los pilotos más jóvenes. “Lo que definitivamente puedo aconsejar a cualquier niño que intente correr es que no escuche a las personas que le dicen que necesita un entrenador mental”, expuso Hamilton. “Debes soltar las riendas y descubrirte a ti mismo. Se trata de descubrir. Y solo tú puedes hacerlo”.

El domingo, el padre Anthony resumía el logro del hijo: “Es absolutamente increíble. No está mal para un niño de una vivienda social de Stevenage”.