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La tecnología no pide permiso

Natalia C. Alfaro para El Observador Mientras más leo sobre nuevas tendencias, automatización y descubrimientos disruptivos me llega agobiar la…

Por Desde la Columna

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La tecnología no pide permiso
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Natalia C. Alfaro para El Observador

Mientras más leo sobre nuevas tendencias, automatización y descubrimientos disruptivos me llega agobiar la cantidad de información y velocidad con la que ocurren los cambios; cada vez se acorta el lapso para ver una versión 2.0 de “algo” en tendencia así que he llegado a una conclusión; y es que la tecnología no pide permiso.

No pide permiso a la industria, no pide permiso a los consumidores, no pide permiso si quiera a ella misma, cada vez se auto duplica su capacidad de procesamiento y gestión lo cual si no lo entendemos correctamente puede ser complejo y frustrante.

El generar nuevos modelos de negocio frente a la imposibilidad de vender algunos productos o servicios como antes y, por otro lado, una tecnología que automatiza la mayor cantidad de procesos posibles, hace inminente que el problema económico real no es el futuro laboral con respecto a una crisis económica, sino el verdadero desafío es afrontar la Quinta Revolución Industrial (que ya tenemos encima) y la reconversión laboral de toda una generación. 

Esa reconversión laboral implica “re-formar” a más de 120 millones de trabajadores en todo el mundo para que se adapten a interactuar entre otras cosas, con su nuevo compañero:  un algoritmo de inteligencia artificial.

Si antes se ocupaba un onboarding o entrenamiento de 3 días, de ahora en adelante requerirán al menos de dos meses de capacitación para eliminar fisuras en sus habilidades, contar con un óptimo desempeño, que aunque ustedes no crean, un 80% son de carácter conductual y solo el 20% son técnicas. 

Entonces, esto al final se convierte en un entrenamiento de como ser “tecnológicamente más humanos”. Hace unos meses les había comentado en mi artículo https://observador.cr/noticia/el-gimnasio-de-la-innovacion/ el principal componente de todo proceso de cambio e innovación son las personas e inicia por nosotros mismos. Somos responsables de crear espacios de foco y reflexión que se encuentren en armonía con nuestro cuerpo y mente, seamos más estratégicos invirtiendo nuestra energía, dirigiendo nuestros negocios, esto nos va a devolver la magia de ser, sentir y hacer, sin importar con qué tecnología venga. 

Si después de leer esto tiene dudas sobre cómo mejorar sus habilidades para ser un profesional de alto impacto escríbame, estamos a un mail de distancia.