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‘La Plancha’ que habla, canta, sueña y ama: la obra que llega al Teatro 1887

Tiene nombre propio, Marieta; ademas: habla, canta, sueña y lleva el hilo narrativo de la vida en pareja de los…

Por Ana María Parra A.

Tiempo de Lectura: 3 minutos
‘La Plancha’ que habla, canta, sueña y ama: la obra que llega al Teatro 1887
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Tiene nombre propio, Marieta; ademas: habla, canta, sueña y lleva el hilo narrativo de la vida en pareja de los dueños de casa. Es un particular electrodoméstico con vida propia que se luce en “La Plancha”, la obra que llega en estreno al Teatro 1887 hoy, jueves.

En una coproducción de la Compañía Nacional de Teatro (CNT) y el colectivo eslovaco-costarricense, Priekopník Veverička, “La Plancha” fue la propuesta ganadora de la convocatoria LAB.ESCENA19 de la CNT, en la categoría de Laboratorio de Narrativas del Espectáculo.

La obra, interpretada por Zebastián Méndez Marín, de Costa Rica, y Lívia Balážová, de Eslovaquia, es un proyecto teatral que explora la influencia de la denominada “música plancha” en las relaciones de pareja y cómo las ideas de ser hombre y ser mujer son construidas a través de mecanismos culturales, como la música popular, en este caso.

“Presentamos la historia de una pareja de esposos que incorporan a su vida cotidiana a Marieta, una plancha de ropa que quiere ser una persona. Queríamos indagar sobre los roles del hombre y de la mujer que, sobre todo en Latinoamérica, están vinculados a que la mujer es quien desarrolla los roles domésticos de cuido del hogar, y el hombre es el proveedor”, dijo Rafa Ávalos, productor general de “La Plancha” a El Observador.

Lívia Balážová y Zebastián Méndez Marín, los protagonistas de “La Plancha” son en la vida real lo mismo que en la obra: esposos. (Foto: Adrián Coto)

“Nos quedamos con una fase de la conocida como “música plancha” en la cual algunas canciones, y la forma en que están hechas, refuerzan un poco esta idea de que amar es sufrir y legitimizan, a veces, ideas de que en el amor todo debe permitirse como los celos o la violencia”, explicó Ávalos.

El productor hizo énfasis en que “La Plancha” tiene como objetivo reflexionar sobre esas dinámicas y conceptos sociales, pero que “no es un planfleto, no es un discurso subversivo. Es una historia amena que lleva a las personas a hacer su propia reflexión a partir de sus lecturas sobre la obra.”

Una escena de uno de los tres mundos que confluyen en la narrativa de “La Plancha”: el mundo investigativo en el cual, Marieta, es analizada por unos alternativos forenses. (Foto: Adrián Coto)

“La Plancha” está estructurada con un interesante lenguaje narrativo, pues la obra sucede en tres distintos escenarios que se van entretejiendo durante la puesta en escena.

Uno es el mundo del hogar donde la pareja protagonista convive con Marieta -su particular electrodoméstico-; el otro es un mundo de detectives forenses que deben explorar e interrogar a la plancha para poder llegar a sus conclusiones investigativas, y el tercer mundo es onírico, porque son los sueños y pesadillas de Marieta.

Un intenso proceso creativo

“La Plancha” ha llevado un largo proceso para llegar a ser lo que es hoy como montaje teatral. Tuvo tres fases. La de investigación duró dos años; en la misma el colectivo Priekopník Veverička se sumergió en etapas de análisis de teorías de género, recopilación de material y demás para establecer una base sólida para esbozar su idea.

La segunda fase vino en abril de este año en una especie de laboratorio de material sensible y la tercera fue en el mes de mayo trabajando directamente en el espacio del Teatro 1887 para desarrollar la dramaturgia y el montaje como tal.

“La Plancha” tiene una larga lista de colaboradores, y entre ellos destaca la participación del músico y compositor Manuel Monestel -líder de Cantoamérica- quien creó la canción central de la obra: “Desde que soñé con el amor”.

TODO SOBRE “LA PLANCHA”: Teatro 1887, Cenac (Centro Nacional de la Cultura), a un costado del parque España, San José centro. Funciones: del jueves 4 al 28 de julio, de jueves a domingos, a las 8 p.m. Entradas: ¢6.000 (general) y ¢3.000 (estudiantes y ciudadanos de oro). A la venta: boletería del teatro.

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