Sergio Arce
En tiempos de pandemia, alto desempleo y finanzas al límite, el Internet y varias plataformas digitales han surgido como fuentes de ingreso alternativo para las personas.
Ya sea para venta de productos o la prestación de servicios en línea, la web rápidamente se ha convertido en el nicho para el desarrollo de una nueva economía.
La oferta incluye comida a domicilio, postres, manualidades, artesanía y, ¿por qué no?, hasta sitios donde personas comunes pueden publicar y vender sus propias fotos, videos y mensajes de textos provocativos.
De esa práctica surgen plataformas como Only Fans o Just for Fans, en las que productores de contenido “íntimo” cuelgan sus fotos y videos, mientras los suscriptores pueden acceder a todo ese material por una tarifa y ofrecer propinas con tal de obtener alguna “recompensa” más personalizada.
El primero de estos sitios ya tiene unos 60 millones de usuarios y 750.000 creadores de contenido a nivel mundial, según una publicación reciente de la BBC.
Este fenómeno no tardó en llegar a Costa Rica, donde ya hay tanto generadores del contenido como consumidores.
Uno de estos creadores conversó con El Observador y relató que, desde que incursionó en este “mundo” en mayo pasado, ha ganado la nada despreciable cifra de $4.000.
El dinero ha llegado gracias a decenas de suscriptores, en su mayoría domiciliados en Costa Rica, quienes mensualmente pagan $7,99 por tener acceso a su perfil.
La web permite que cada persona establezca el monto que considere oportuno, pero no debe ser menor a los $4,99. Y ahora, desde un incidente con la actriz Bella Thorne, la tarifa no puede superar los $100. OnlyFans cobra una comisión del 20% por cada transacción.
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Si bien algunos creadores de contenido explícito son trabajadores sexuales (hombres y mujeres) y muchas otras personas “comunes” como el costarricense entrevistado por El Observador, también hay modelos, bailarines, cantantes, músicos y comediantes que producen contenido provocativo.
Fotos y videos “pasados”
“L” (a quien identificaremos de esta manera) contó que incursionó en este mundo digital por curiosidad pero, ante todo, porque se autodefine como un “exhibicionista”.
En este caso se trata de una audiencia cerrada, porque tiene que pagar una cuota que, a la fecha, le ha deparado al mes unos $1.000, monto final tras el cobro del 20% que hace la plataforma.
Sin embargo, llegar a este punto de tener su propio perfil no fue una decisión tomada a la ligera. L valoró y meditó algunas consideraciones, entre ellas las familiares y laborales, pero ante todo la más importante para él: su relación de pareja, según reconoció.
Una vez superadas estas “barreras”, L se dio a la tarea de definir el tipo de perfil que quería así como el material que subiría. Es así como este josefino sube fotos y videos explícitos sin mayor producción.
“Mi contenido es más cotidiano, porque la gente que paga desea ver algo diferente a lo que se ha mostrado desde hace mucho. Y aunque no lo crea mi pareja a veces me ayuda a tomarme algunas fotos o videos y juntos vemos el material previo a que lo suba. Ya lo que la gente piensa me tiene sin cuidado si saben que estoy en OnlyFans. No me importa el qué dirán”, comentó.
La sexóloga Marianela Arias explicó que este tipo de plataformas le ha permitido a la gente “librarse un poco más sexualmente”, aunque no deja de existir morbo por el que muchas personas están dispuestas a pagar.
“La sexualidad se ha vendido desde siempre: primero a través de la revista Playboy, las generaciones que guardaban las revistas debajo del colchón… Pero ahora las formas digitales ofrecen otro tipo de contenido, y OnlyFans da la idea de que es contenido exclusivo, pero en realidad lo podrías encontrar en otras páginas de pornografía”, indicó.
Arias acotó otro elemento con el cual L está plenamente convencido: OnlyFans permite un ingreso de dinero adicional. “La gente encuentra una inyección de capital por algo sencillo a nivel de ejecución, que tendría que pasar por un filtro de si la persona se siente cómoda haciéndolo también, pero ese es otro tema. Ahí ven un nicho para percibir algún dinero”.
¿Hasta cuándo estará en OnyFans? L asegura que lo hará hasta que la gente deje de pagar. “Mientras haya demanda habrá oferta para quienes estén dispuestos a pagar”, dijo, al tiempo que comentó que en Costa Rica existen más creadores de contenido que, “posiblemente”, ganan más dinero, mucho más.
El escándalo sigue
Y con respecto al escándalo de Bella Thorne: muchos creadores de contenido aseguran que el cambio de reglas de OnlyFans les hará perder dinero. Este es el caso de Stephanie Michelle, una cosplayer profesional que vive en Los Ángeles y quien vive exclusivamente de ese negocio.
Tiene 550 fanáticos y gana $8.000 al mes al cobrar una tarifa de suscripción de $30 a los usuarios. También se sostiene con la venta de fotos, videos y mensajes de texto que oscilan entre $5 y $200.
Kaya Corbridge, de 23 años, una trabajadora sexual de Lancashire ganó más de $1 millón en la plataforma los últimos tres años. Ella ofrece un paquete de $1.000 en el que un usuario puede controlar lo que hace durante un día. Ahora dice que teme perder $12.000 con el cambio de reglas.
Estas dos mujeres entrevistadas por BBC Mundo no descartan migrar a otras plataformas, con “mejores condiciones”; mientras tanto, siguen activas desde sus perfiles.
