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Indígenas de diferentes territorios reciben casas construidas a partir de criterios culturales y climáticos

Casas construidas con madera, con amplios ventanales y cimentadas sobre pilotes de madera que a su vez están anclados sobre…

Por Sergio Arce

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Indígenas de diferentes territorios reciben casas construidas a partir de criterios culturales y climáticos
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Casas construidas con madera, con amplios ventanales y cimentadas sobre pilotes de madera que a su vez están anclados sobre pedestales de concreto. 

Así son las estructuras en las que viven las familias de territorios indígenas del país, y que son edificadas en el terreno otorgado a cada una por parte de la Asociación de Desarrollo del lugar.

Son viviendas que responden a variables culturales pero también al clima y la topografía de cada sitio.

Los territorios indígenas beneficiados con bonos de vivienda son Alto Chirripó, Coto Brus, Rey Curré, Salitre, Talamanca Bribrí y Tayní, ubicados en los cantones de Coto Brus, Talamanca, Turrialba, Buenos Aires, Matina y Limón.

La ministra de Vivienda y Asentamientos Humanos y presidenta de la Junta Directiva del Banco Hipotecario de la Vivienda (BANHVI), Irene Campos, especificó que el diseño de las casas en este tipo de territorios es diferente al resto del país.

Detalló que el diseño arquitectónico se obtiene tras un proceso de diálogo con las asociaciones indígenas sobre sus preferencias. 

“La tipología constructiva de las casas permite a la población indígena costarricense disfrutar de casas frescas y con el uso de pilotes, reducir el movimiento de tierras y el riesgo de ser afectadas por inundaciones. También les provee de espacios familiares y ambientes que responden a tradiciones ancestrales”, destacó la ministra Irene Campos.

Por su parte, el gerente general del BANHVI, Dagoberto Hidalgo, comentó que la vivienda para las comunidades indígenas requiere inversiones especiales, ya que además del costo de los materiales de construcción y la mano de obra, se incluye un presupuesto especial para transporte.

Indicó que muchas comunidades están alejadas de centros de población y el traslado de materiales debe hacerse en helicóptero, embarcaciones a través de ríos, a lomo de caballos o incluso al hombro de los trabajadores por la montaña.

Desde la creación del Sistema Financiero Nacional para la Vivienda, en 1986, se han entregado a familias de territorios indígenas 8.729 bonos, para una inversión superior a los ¢56.588 millones.