Emprendimiento

Hija de Tigre: Un emprendimiento familiar que hereda empoderamiento

Existe un viejo adagio que reza, “la educación es la mejor herencia” y el cual, Gabriela Arroyo, parece tener muy…

Por Marco Marín

Tiempo de Lectura: 5 minutos
Hija de Tigre: Un emprendimiento familiar que hereda empoderamiento
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Existe un viejo adagio que reza, “la educación es la mejor herencia” y el cual, Gabriela Arroyo, parece tener muy claro.

Apoyada sobre esa idea los últimos 30 años, esta emprendedora, junto al apoyo de su familia, ha hecho de su negocio de ropa, “Hija de Tigre”, un éxito que, a lo largo de las décadas, estableció otro concepto importante como eje central: el empoderamiento femenino.

Hacia finales de la década de 1980, “Doña Gaby” -como, cariñosamente, le llaman tanto sus hijas como colaboradoras- era maestra y socia de un kinder. No obstante el éxito profesional paso a un segundo plano al percatarse del poco tiempo que estaba cerca de sus tres hijas.

“Para ella fue un choque en el sentido de estoy educando otros chicos y no a mis hijas entonces la decisión de ella fue vender su parte y realmente formarnos como mujeres ya adultas”, detalló Melissa Quirós, la menor del clan y directora de mercadeo y ventas de la empresa.

No obstante, y como recuerda Quirós, “no era decisión que se podía tomar así nomás porque había una necesidad que era el ingreso económico ya que son una familia de cinco”.

Fue así como con una inversión inicial de ¢60.000 y “aprovechándose del ecosistema” de sus clientes del kinder, Arroyo decidió comenzar a vender accesorios infantiles para el pelo. Tres décadas después, el emprendimiento se convirtió en dos locales (Escazú y Pinares) así como una tienda virtual donde se vende su propia marca de ropa.

La casa de la tienda

Como recuerda Quirós en el video, los orígenes de la compañía giraron en torno a la familia. Luego de su inversión inicial y palpar la posibilidad de expandir a la venta de prendas para sus clientas e hijas, Arroyo sacó un préstamo y se fue a los Estados Unidos.

Desde allá trajó los primeros vestidos y accesorios que vendió y fue así como inició la aventura que hoy abarca a una segunda generación. “Así empezó Hija de Tigre, como una tienda en la casa de nosotros”, agregó Quirós.

Melissa Quirós se encarga de la parte de mercadeo y ventas. Ella tuvo mucho que ver con el nombre que se escogió para definir la marca. (Marco Marín/El Observador)

No obstante, y a pesar de 25 años de por medio, el éxito del negocio familiar no era sostenible en el hogar Quirós-Arroyo por lo que madre e hijas abrieron, en Pinares de Curridabat, su primer local el 1° de diciembre del 2011. Todo sin perder el aura que siempre las caracterizó.

“Para nosotras era importante que esa experiencia, que se tenía en nuestra casa, donde las clientas se sentían en un ambiente de confianza, seguridad, o donde si querían una taza de café o té, estaba la cocina”, explica Quirós.

Afortunadamente, según la directora, todo esto “migró de forma muy natural” a esta primera tienda física. Al día de hoy, “esa atención personalizada es una de las razones por la cual los clientes nos caracterizan”, agregó.

En lo que respecta al plan de negocios, para Quirós uno de los conceptos primordiales, ha sido la construcción de marca, lo cual además de permitirles conectar con sus consumidores, les ha dado la oportunidad de tener una comunicación que las diferencia.

Hijas de tigre

“Hija de Tigre labra mujeres que son auténticas, visionarias, soñadoras, esforzadas, trabajadoras y popularmente, en los últimos años, eso se conoce como el empoderamiento femenino.

“Sin embargo, al yo contarte esta historia, pues esos son los valores que tenemos y los conceptos que hemos construido sobre lo que es ser una hija de tigre”, explicó Quirós.

La tienda se destaca por ofrecer una cantidad limitada de cada prenda pero a la vez con una oferta muy bien curada. (Marco Marín/El Observador)

Para la directora, mucho de los pilares estratégicos se remontan al tiempo que su mamá empezó a emprender. Esto, además de la “construcción psicográfica” que han hecho de sus consumidores, les permite tener una comunicación más directa.

“Tiene que ser una comunicación que tenga un nivel de excelencia tal que te permita diferenciarte. Nuestras clientas, al conocer nuestra historia, entienden más fácil un posteo de Facebook, porque no son cosas que se inventaron en un Powerpoint, son valores que vienen desde hace décadas.

“Lo más importante es definir un alma. La empresa tiene que tener un corazón y al hablar de negocios nos enfocamos mucho en márgenes y temas financieros, que por supuesto es vital, pero hay que acordarse que los consumidores son personas y hay que conectar con eso. Es algo que tenemos muy presente en nuestras estrategia”, detalló.

Expansión

Luego de ocho años en el lado este de San José, el emprendimiento familiar decidió abrir una segunda tienda en una zona muy competitiva: Escazú. A mediados de año, el local, el cual cuenta con tres pisos, abrió sus puertas.

No obstante, Quirós reconoce que la expansión no ha sido fácil, dado el actual contexto económico social, el cual calificó de “retador”. Por ello, el principal objetivo, a corto plazo, es fortalecer este segundo punto de ventas.

El emprendimiento paso de importar ropa a crear su propia marca. (Marco Marín/El Observador)

“Esta zona es muy competida entonces hay que consolidar esta tienda, antes de pensar en cualquier otro movimiento que involucre crecimiento”. Aunado a esto, la marca estrenó, recientemente, una tienda virtual, explicó.

Por eso las empresarias no dejan nada a la suerte y para este segundo local contaron con el apoyo de Taller KEN, una firma de arquitectura y diseño con oficinas en Nueva York y Costa Rica.

Un juego de colores y texturas hacen que la fachada de la tienda disfrute de diversas tonalidades a lo largo del día y que buscan proyectar una vibra fresca y tropical.

“Lo único que realmente nos hace seguir adelante y superar las pruebas es la pasión y el amor al proyecto. En Hija de Tigre hemos tenido momentos donde lor razonable era decir hasta aquí pero la pasión nos mantuvo”, sentenció Quirós.

Este es el segundo local de Hija de Tigre. Se ubica en Escazú. (Marco Marín/El Observador)