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Familia que vivía en un charral en Sixaola recibe la mano solidaria de buenos corazones en tiempos de coronavirus

Una pareja y sus tres hijos pequeños que vivían en un charral en Sixaola (Talamanca), en la zona fronteriza con…

Por Sergio Arce

Tiempo de Lectura: 3 minutos
Familia que vivía en un charral en Sixaola recibe la mano solidaria de buenos corazones en tiempos de coronavirus
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Una pareja y sus tres hijos pequeños que vivían en un charral en Sixaola (Talamanca), en la zona fronteriza con Panamá, recibieron la mano solidaria de personas de buen corazón.

La historia de esta humilde familia -de apellidos Chamorro García- trascendió cuando un agente del OIJ de Guápiles llamado Carlos Hernández junto con un grupo de compañeros de la institución, así como de la Policía de Fronteras, Fuerza Pública y la Escuela Nacional de Policía hallaron al hombre, la mujer y sus tres hijos de 2, 4 y 7 años viviendo en una improvisada “casa” hecha con cañas bravas levantada al orilla del río Sixaola.

Esto fue durante un patrullaje de rutina en el cordón fronterizo.

De hecho, la estructura no tenía tan siquiera paredes y los cinco dormían sobre 10 cañas bravas apiladas unas al lado de otras y a merced de zancudos y animales.

¿Por qué vivían allí? Hernández creó un perfil en Facebook para ayudar a la familia. Allí escribió que el hombre se dedicaba a ser jornalero.

A raíz de la emergencia que se vive con el coronavirus la empresa para la que trabaja le redujo la jornada laboral, por lo que él tuvo que elegir entre pagar el alquiler o la comida de su familia… y optó por la segunda.

El 21 de abril Hernández hizo los primeros posteos y ya al día siguiente empezaron a llegar las ayudas de buen corazón. Y este viernes se conocieron dos excelentes noticias: la familia ya fue sacada de ese peligroso charral y podrá dormir en una vivienda sencilla.

El alquiler los donó por tres meses un vecino de Bribrí, quien prestó su casa y con quien los agentes del OIJ hablaron para extender el alquiler si se extienden las condiciones adversas por el coronavirus.

Y la otra buena noticia: Grupo Monge ayudará con un pequeño menaje y camarotes, adelantó a este medio Carlos Fernández, gerente de Comunicación de la empresa.

“Puedo decirle que mi sentir es de orgullo, de poder trabajar con el personal de OIJ de la Zona Atlántica que se puso la camisa con esta causa, que buscaron amigos, comercio en general, sus propios familiares, personas en el extranjero, personas que desarrollan labores en lo propio como abogadas, odontólogas. Lo más lindo fue llegar a algunas casas y ver que muchos niños donaban sus juguetes para estos otros niños que no tenían”, expresó Hernández.

Agregó: “Hay un agradecimiento especial para doña Lie Sirias y su familia, quien es una señora de barrio La Unión en Bribrí. Ella se movió a recoger comida, cuando incluso ella no tenía en su casa, para dársela a la familia que estaba en el cañal. Eso es un gesto magnífico: dejar de comer para ayudar a otros, tenemos mucho que aprender de doña Lie y su familia”.