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Expertos y políticos debaten sobre efectividad en impuesto a transacciones financieras

Aunque se espera que un eventual impuesto a las transacciones financieras traiga al Estado recursos por $600 millones, expertos y…

Por Paula Ruiz

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Expertos y políticos debaten sobre efectividad en impuesto a transacciones financieras
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Aunque se espera que un eventual impuesto a las transacciones financieras traiga al Estado recursos por $600 millones, expertos y políticos se debaten sobre su verdadera efectividad.

Mientras algunos señalan que no golpeará tanto a los sectores más pobres, otros temen que eche para atrás los esfuerzos de los últimos años en bancarización y la gente vuelva al efectivo.

El gobierno impulsaría un impuesto a todo movimiento de dinero, ya sea retiro o transferencia que se realice con un banco o institución financiera, conocido como tasa Tobin. Dicha propuesta estaría dentro del paquete de negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), para obtener un préstamo por $1750 millones.

Las propuestas del gobierno serán dadas a conocer oficialmente este jueves.

Sobre este impuesto, el economista Gerardo Corrales señaló que podría generar unos $600 millones por año, y que una posibilidad sería que se introduzca un impuesto del 0,3% sobre los movimientos financieros por los primeros dos años que luego bajaría a 0,1% por un año. Además, podrían dejar exentas del impuesto a las cuentas de planillas y los retiros de efectivo en cajeros automáticos.

“Es una medida mala, pero la necesidad tiene cara de caballo”, consideró Corrales.

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Impuesto ingrato y mayor informalidad

“Es un impuesto ingrato y cruel”, señaló Danilo Montero, director ejecutivo de la Oficina del Consumidor Financiero, quien lo ve poco relevante y que le cuesta entender los beneficios que pueda tener.

“Habría que ver en qué términos se plantea el proyecto, porque si se le impone una tasa muy baja y con excepciones, como ocurre normalmente en Costa Rica, tendrá poca efectividad, pero si se le impone una tasa alta, es un impuesto relativamente fácil de eludir, pues la gente recurrirá al efectivo y no tendrá que pagarlo”, agregó.

Para el experto sería una lástima desperdiciar los avances que en temas de bancarización ha hecho el país, pues sería dar un paso hacia atrás.

Para el director corporativo de Riesgo del Banco Popular, Maurilio Aguilar, la medida tendría un efecto directo en los costos de las personas y las empresas, con lo que la gente preferirá el uso del efectivo, “con lo cual se promueve la informlidad y la inseguridad”.

“Este impuesto desincentivaría el ahorro con lo cual los bancos deberán incrementar las tasas de interés para compensar esa situación , lo cual afectaría los esfuerzos de reactivación económica, al disponer los bancos menores recursos y a costos más elevados”, señaló el banquero.

También existe el riesgo de que el impuesto, propuesto inicialmente en forma temporal, se convierte en permanente debido a la facilidad de su recaudación, consideró el economista Dennis Meléndez.

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Países como Colombia, por ejemplo, introdujeron la tasa en forma temporal, pero tras 22 años se mantiene vigente y más bien aumentó, explicó Meléndez.

Posiciones encontradas en la Asamblea Legislativa

Con respecto del “Impuesto Tobin”, desde ya se dibujan los apoyos y oposiciones en el Congreso.

Aunque para la fracción liberacionista es un tema prematuro que deberán analizar en grupo, también consultarán a expertos en este tema, sobre la conveniencia o no de este gravamen.

El Partido Liberación Nacional (PLN), le solicitó al Gobierno las proyecciones sobre cuánto pretenden recaudar con cada tributo, informó Luis Fernando Chacón, jefe de fracción.

“Esto (Impuesto Tobin) golpearía menos a los trabajadores que menos tienen, lo que habría que analizar es dos temas que sí nos interesa y expusimos que nos hagan llegar proyección de cada propuesta cuanto estima que van a recaudar y cómo se cruza esta propuesta con la sostenibilidad y plazo”, acotó Chacón.

Por su parte, un rotundo rechazo es lo que encontrará el Gobierno con el grupo de independientes afínes a Nueva República. Ellos reúnen seis votos en el Congreso.

“Se incentivaría la informalidad en el sector comercial y por ende, se reduciría la recaudación de impuestos provenientes del sector productivo. Las personas prefirirían tener su dinero en efectivo y hacer compras sabiendo, que así no les van a cobrar otro impuesto pese a que sería un alto riesgo para su seguridad personal”, declaró Jonathan Prendas, vocero del grupo.

“Sería un promotor de la legitimación de capitales, delito que el país ha evitado con la bancarización. Cobrar un impuesto a cada pago que se hace por internet, sería un retroceso para el país y bienestar de los costarricenses”, agregó.

Rodolfo Peña, líder de la fracción del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), aseguró con anterioridad que se opondrán a cualquier impuesto. Su compañera de bancada, María Inés Solís, considerÓ que este gravamen sería un retroceso en materia de bancarización.

“Lo único que va a generarse con este impuesto es que la gente intente que le paguen salaries y hacer pagos de la casa y lo que sea, por medio de efectivo y no con transferencia bancara que es lo que permite la trazabilidad, por eso no me parece una buena propuesta”, aseguró Solís.

Otra de las bancadas que ya tienen información sobre las propuestas es la de Restauración Nacional. Sin embargo, Xiomara Rodríguez, vocera de la bancada, declinó dar declaraciones sobre el respaldo o no a este impuesto.