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El verdadero placer: el componente erótico en la sexualidad

MSc. Margarita Murillo para El Observador La sexualidad está estructurada en tres componentes que se interrelacionan y son interdependientes entre…

Por Desde la Columna

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El verdadero placer: el componente erótico en la sexualidad
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MSc. Margarita Murillo para El Observador

La sexualidad está estructurada en tres componentes que se interrelacionan y son interdependientes entre sí. La vez anterior escribí sobre el componente espiritual. Hoy quiero abordar el componente erótico.

Estos componentes independientemente son esenciales para el desarrollo integral de la sexualidad, pero a su vez su construcción va a depender de la resolución y equilibrio de cada uno por aparte.

La otra posición que varía en sexología, es la que determina que la sexualidad tiene como misión crear el vínculo entre las personas, es decir será el impulso como función bioquímica y fisiológica, el que permitirá y generará el deseo de querer vincularme. Este aspecto de vincularse es fundamental para la vida humana.

Esta posición está basada en los aportes teóricos de la Dra. Marie Paul Ross (1998), sexóloga clínica, quien se ha abocado a construir y a dar a conocer la teoría Global de Intervención en Sexología. Es una corriente teórica basada en los aportes de Claude Crepaùlt y otros investigadores de la Universidad de Québec en Canadá.

La posición también se sustenta en los estudios tanto del neurólogo el Dr. Antonio Damasio, como de la bióloga Dra. Hellen Fisher, donde se demuestra la importancia del cerebro límbico-emocional, como regulador de nuestra capacidad de vincularnos y amar.

OBSERVE MÁS: El componente espiritual en la sexualidad

El componente erótico está determinado por factores fisiológicos, genitales, aspectos del desarrollo y manejo de la sensualidad, la belleza corporal, la excitación, los reflejos, la relajación, el manejo de la relación fusional, el placer, la reproducción, la intimidad corporal, el enamoramiento, la pasión amorosa, los deseos sexuales, la experiencia emocional, y los fantasmas románticos.

En este componente la persona logrará la plenitud y seguridad de su desarrollo en la medida en que se pueda establecer una adecuada intimidad corporal, así como la estructuración de una relación placentera tanto consigo mismo como con la construcción de una posible relación de pareja. Esta última no es la función ni el objetivo de este componente.

Tener o no tener pareja es la decisión y construcción de los tres componentes. Va unido al vínculo de amistad que crece a lo largo de la vida.

Significado del placer y vínculos con sentimientos

También vale la pena rescatar los procesos de concientización que se han venido estructurando en diferentes círculos sociales de profesionales y de personas no profesionales, acerca del significado del placer.

Se cree que el placer dependerá del dominio que se tenga a nivel teórico-práctico, de posiciones o puntos orgásmicos. Han llegado a nuestra mente más por influencia comercial en donde se mencionan actividades sexuales. Instauran una fantasía que se puede lograr una mejor vivencia del placer, sin tener que preocuparse de tomar en cuenta o madurar la expresión de los sentimientos o necesidades.

Muchos pacientes pierden la capacidad de sentir placer por el simple hecho de no apreciarse a sí mismos. No se debe confundir o creer que el placer y la eyaculación es lo mismos.

El placer por sí mismo es un elemento del componente erótico, pero el orgasmo es una expresión erótica, espiritual y afectiva. Para lograrlo se requiere del equilibrio y la manifestación y realización de todos ellos.

Para lograrlo se debe desacomodar de la mente, los actos mecánicos que se venden de forma barata en videos musicales o en películas desviadoras de la verdadera dimensión del placer.

Esos productos estimulan una sexualidad completamente ajena de nosotros mismos, se vende el placer por el placer, sin vínculo. No es que no se pueda, es que llega a generar la experiencia del deseo con mucho apego poco sano. No vincularse implica que el primer vínculo que pierdes es consigo mismo/a. Y esto entonces lleva a menos bienestar y menos salud. Para que esto suceda, la persona debe disociarse de los sentimientos y de su capacidad de vincularse para experimentar un encuentro erótico sin vínculo.

Belleza íntima

El factor erótico, si lo ponemos de forma cotidiana y lo tratamos de hacer visible, viene a ser un proceso de mirar la belleza en aquellos momentos de frustración en las noches de sacar cólicos a los hijos, con una verdadera “cara de locos y trasnochados” sin parranda incluida. 

Es mirarse bellos en esos espacios de juegos, en esas flores que se envían al final de un despido de trabajo. O la tomada de la mano cuando se tuvo que enfrentar a los propios padres o suegros por una determinación de valores, sueños o construcción de la autonomía.

Viene a ser una belleza que solo la relación íntima permitirá mirar. Es la construcción integral del desarrollo sexual de ambos.

La sexualidad merece mucho respeto como para tomarlo a la ligera. No es una excitación barata, no son solo reflejos para encontrar los puntos orgásmicos, o un proceso de aprender a relajarnos.

Implica construir una verdadera relación fusional en donde están presente el placer, la reproducción, y no solo reproducción de hijos, sino de los sueños, los valores, la reproducción de metas a nivel personal, profesional, social. Es esa intimidad corporal, de apreciarte y amarte en los “rollitos” que se hicieron después de los embarazos, o después de esas “comiditas” de mas que tanto se disfrutan.

Es construir un verdadero enamoramiento que perdure. Es la pasión amorosa y los deseos sexuales manifestados por medio de la experiencia emocional y los fantasmas románticos.

Es buscar la seguridad y desarrollo de ti y de mí por medio de la intimidad corporal y la emoción placentera.

Cuando como profesionales nos llegan las consultas de que no sienten deseos, o no se siente nada, aunque la consulta inicial fue por un resfrío, valdría la pena poder sensibilizarnos un poco más y poder ahondar en esa queja que nos están confiando.

Puede que detrás de esa queja esté la presencia del abuso o de una relación muy violenta, o una pérdida de sentido consigo mismos/s, depresión, dolor. Como profesionales en la salud debemos tomarnos el tiempo para apoyar y escuchar a nuestros pacientes y poder ofrecerles una respuesta más integral y acertada a sus necesidades.

Margarita Murillo es psicóloga y master en sexualidad clínica
Autora del libro: Cómo enseñar sexualidad
Web: sexoamoryvida.com
Correo: [email protected]
Instagram: @margaritamurillo
Facebook: Margarita Murillo Sexóloga