Paula Ruiz
Minutos antes de iniciar la Comisión de Asuntos Hacendarios, los diputados de dicho foro recibieron un documento emitido por la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) donde recalculaba las tasas de interés, lo cual disgustó a los congresistas que están a favor del proyecto de ley de usura, pero provocó preocupación en legisladores que tienen cautela.
El disgusto se debe a que, tras un nuevo análisis, Sugef estimó que la tasa de usura debe ser de 45%, aunque en diciembre anterior previó que debía ser de 43%. La revisión al alza no fue del agrado a algunos de los congresistas, como Welmer Ramos y David Gourzong, quienes más bien habían pedido una disminución.
En contraparte, estuvo Otto Roberto Vargas del Partido Republicano Social Cristiano (PRSC), quien considera que se trata de un análisis técnico bien fundamentado.
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Welmer Ramos justificó sus críticas hacia Sugef en tanto y acusó a la entidad de “irse acomodando muy para arriba” con respecto a los porcentajes.
Mientras Villalta dijo desconfiar de ambas instituciones pues, pese a ser técnicas, ambas difieren en las tasas de usura planteadas, debido a diferencias metodológicas.
Sin una luz en el camino
Tanto Vargas como la socialcristiana María Inés Solís creen que el expediente no debería seguir avanzando mientras no se aclaren las dudas sobre cuántas personas podrían quedar expulsadas de los mecanismos formales de financiamiento.
“Debemos tener insumos suficientes y llegar a acuerdo pero no hay condiciones”, señaló el republicano.
Solís fue señalada por diputados de este foro, como la responsable de retrasar el dictamen del proyecto. Pese a las críticas, advirtió que continuará presentando todas las mociones necesarias, ante la ausencia de una moción de consenso entre todos los congresistas.
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“Estoy dispuesta a quitar mis mociones en el momento en que tengamos acuerdo y una moción de consenso, esa moción no existe”, reconoció la socialcristiana.
De hecho, este martes en la sesión del foro legislativo solo se votaron dos mociones de Solís de forma negativa; emplearon hora y media para ello.
Todos hicieron uso de la palabra para debatir sus ideas, con excepción del independiente Harllan Hoepelman.
María Inés Solís y Otto Roberto Vargas reconocieron que no hay una luz para el avance del proyecto, debido a la ausencia de un consenso. (Paula Ruiz/ El Observador).
Populistas
Vargas y Solís criticaron a quienes quieren avanzar de forma apresurada en el tema, al considerar que buscan posicionar un tema “populista”, teniendo como plataforma las elecciones municipales.
“Ellos asumen posiciones populistas a 15 días de una elección a nivel de alcaldías, le venden a la gente humo ellos. Hacen diferenciación entre buenos y malos, ellos que piden bajarla son buenos y nosotros que estamos a favor de decisión más oportuna como malos”, reclamó Otto Vargas.
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