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¿Cuáles son los pasos para que un edificio sea declarado Patrimonio Nacional?

Un año después de que la Municipalidad de Mora anunció que iniciaría la solicitud para que seis ermitas del cantón…

Por Marco Marín

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¿Cuáles son los pasos para que un edificio sea declarado Patrimonio Nacional?
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Un año después de que la Municipalidad de Mora anunció que iniciaría la solicitud para que seis ermitas del cantón sean declaradas como Patrimonio Nacional, la entidad a cargo comenzó los trabajos para llevar a cabo los estudios respectivos.

El pasado lunes 11 de noviembre, un equipo del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural (Cicpc), conformado por el historiador, Carlos Zamora, y el arquitecto, Gustavo Morera, visitó la capilla ubicada en el distrito de Picagres.

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Una vez que se gestiona la petición, esta entidad se pone en contacto con el dueño del inmueble y organiza una gira al lugar, con el objetivo de recabar mayor información. Es así como inicia el proceso el cual, en este caso, ahora incluye las visitas a las que se ubican en:

  • Balsilla
  • Corralar
  • El Rodeo
  • Jaris
  • Llano Grande

La encargada de Estudios de Declaratoria del Centro, Sonia Gómez, explicó a El Observador que la Ley de Patrimonio Histórico Arquitectónico de Costa Rica de 1995, estipula la obligación del Estado de proteger estos “tesoros”. Su reglamento delimita los requisitos.

“Hay dos tipos de declaratoria. De hecho y de derecho. Se hace una gira para también conocer el criterio de la comunidad. Hemos tenido casos donde el barrio o el pueblo no se sienten representados por el inmueble”, mencionó.

La primera categoría se da cuando una comunidad considera que un inmueble tiene un valor patrimonial ya que tiene un valor simbólico para ese pueblo.

El de derecho, conlleva todo un proceso que culmina con la declaratoria por medio de un decreto ejecutivo, agregó. Esta es la distinción que se pretenden para las seis ermitas del municipio occidental.

Por esa razón, Zamora y Morera viajaron hasta la comunidad de Picagres para recopilar información, sacar fotografías (dentro y fuera) pero, además, para entrevistar a algunos habitantes de la zona.

Los siete mandamientos patrimoniales

En estas visitas los expertos buscan determinar si el edificio en cuestión cumple con los lineamientos señalados por el reglamento, el cual tiene 14, en total, no obstante muchos pueden ser reiterativos, según explicó Gómez.

Esto ha obligado a los investigadores a unificar conceptos para dejar un total de siete mandamientos, por así decirlo. De ellos, Gómez destacó los tres más importantes:

  • Antigüedad
  • Autenticidad
  • Valor Arquitectónico/Histórico

Zamora explicó que el primero de ellos puede resultar obvio, pero es la piedra angular; sin embargo es la autenticidad lo que de verdad hace la diferencia entre un edificio sin valor y otro digno de la declaratoria.

“La autenticidad significa ,¿en qué condiciones se encuentra el inmueble con respecto a cuándo fue construido?. El inmueble, para una declaratoria, debe conservarse lo más fiel con respecto a su estilo original. Eso no implica que no haya recibido renovaciones”, explicó el historiador.

Durante el viaje, el experto pudo conocer a algunos habitantes del distrito, entre ellos la pareja de esposos Doris Monge y Rodrigo Rodríguez, quienes contaron detalles importantes de la historia de la pequeña iglesia. Ellos tienen palco de lujo ya que viven frente a la ermita.

Zamora añadió que mucha de la historia de estos lugares, aún no ha sido plasmada por escrito. Afirma que la tradición oral es vital para conocer los nombres y orígenes de actores que jugaron una parte importante en la elaboración de cada inmueble.

Por ejemplo, Monge narró que “la familia de Etiliano Zúñiga y sus hijos construyeron esto con la ayuda de carpinteros de la zona” y ayudó a confirmar algunas sospechas de Zamora, como la edad del mosaico que se utilizó para el piso.

La ermita ubicada en El Rodeo, es otro ejemplo de un inmueble que logra mantener su aspecto original. Data de la primera mitad del siglo XX, sin embargo, será Zamora quien determine su fecha exacta. (Marco Marín/El Observador)

De vuelta en San José

El caso de las ermitas del cantón de Mora sigue siendo perfecto para ilustrar los pasos necesarios para un declaratoria de patrimonio.

Aquella visita de los expertos a la zona es apenas el principio del proceso. Luego de hacer la gira, los expertos se enfrentan ante un proceso de varias semanas e incluso meses. En el caso particular de las seis capillas, Zamora y Morera esperan tener el informe listo para julio del 2020.

En los próximos seis meses, se dedicarán a transcribir las entrevistas, analizar las fotografías y buscar expedientes en diversos archivos que van desde el de la Municipalidad hasta el Nacional. Por ser una iglesia también tendrán que consultar el histórico arquidiocesano

Una vez completado el proceso, los expertos refieren su informe a un consejo conformado por representantes de seis instituciones

  • Colegio de Arquitectos
  • Defensoría de los Habitantes
  • Procuraduría General de la República
  • Academia de Geografía e Historia
  • Ministerio de Cultura
  • Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos por sus siglas en inglés)

Ellos toman la decisión final, basados en el análisis y, en caso de ser aprobada la declaratoria, se envía el oficio a Casa Presidencial para que se firme el Decreto Ejecutivo respectivo.

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Derechos y responsabilidades

La encargada del departamento de estudios recordó que la declaración de Patrimonio Nacional conlleva una serie de responsabilidades, las cuales resumió a:

  • Conservar el inmueble en buen estado
  • Permitir el monitoreo y las visitas de los encargados del Centro
  • Solicitar permiso para hacer una restauración

Recordó que está, prohibido por ley, cualquier tipo de demolición, parcial o total. La vocera aprovechó para explicar que si bien cualquier persona puede presentar la solicitud, incluso dijo que hay un formulario disponible en el sitio web del Cicpc, se deben de tomar en cuenta algunas cosas.

Destacó que, en primer lugar, es vital que el edificio en cuestión no se encuentre muy deteriorado o haya perdido su originalidad por medio de cambios radicales.Incluso aseguró que han ingresado solicitudes de lugares que ya han sido demolidos.

Por otro lado, advirtió que la declaratoria no es una “salvación” ya que no conlleva un beneficio económico directo. Si bien, la ley, N° 7555, faculta al Centro para invertir en edificaciones con declaratoria, esto se hace por medio de un concurso anual llamado “Salvemos nuestro patrimonio arquitectónico/histórico”.

Además, los inmuebles que tienen una declaratoria permiten al dueño solicitar la exención del pago del impuesto por bienes inmuebles que cobran las municipalidades.

Desafortunadamente, la ermita de Jaris no ha logrado aguantar los embates del tiempo. (Marco Marín/El Observador)
Así se ve por dentro la pequeña capilla de Jaris. (Marco Marín/El Observador)

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