AFP
(Teherán) La investigación del derribo por error del Boeing ucraniano por parte de Irán en enero, está provocando tensiones diplomáticas entre Teherán y los países afectados, ante sospechas de que la República Islámica miente.
Desde el accidente el 8 de enero del vuelo PS752 de Ukraine International Airlines con destino a Kiev, minutos después de despegar de Teherán, la Organización de Aviación Civil iraní (CAO) investiga las circunstancias del drama que provoco 176 muertos.
El lunes, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski dio otro giro al asunto al afirmar que “los iraníes sabían desde un principio que había sido derribado”.
Se apoya en conversaciones entre la torre de control y un piloto de la compañía iraní Aseman Airlines, cuyo avión se acercaba a Teherán en el momento de la tragedia.
En la grabación difundida por el canal de televisión ucraniano 1+1, el piloto mencionaba “luces, como de un misil” en su ruta, y una “explosión”, pidiendo explicaciones a la torre.
Esa misma tarde, Ottawa evocó la tesis de un misil disparado contra la aeronave que transportaba pasajeros iraníes, afganos, británicos, canadienses, suecos y ucranianos.
Las autoridades civiles iraníes lo negaron vehementemente, privilegiando la pista de un accidente técnico, pero las fuerzas armadas admitieron, el 11 de enero, que habían derribado al avión “por error”.
El general de los Guardianes de la Revolución (ejército de élite iraní), que se responsabilizó del desastre, mencionó un misil disparado contra el aparato por una “mala decisión” tomada en apenas “diez segundos” por un soldado, cuando el país estaba en alerta máxima por temor a un ataque estadounidense.
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Un misil, dos…
Pero, el 20 de enero, la CAO confirmó que se dispararon dos misiles contra el avión, como sugiere un video colgado en las redes sociales tras el desastre.
El gobierno, que prometió una investigación transparente y abierta a las partes interesadas, asegura que no fue informado de la causa real de la tragedia hasta el 10 de enero.
“¡De una vez por todas! El gobierno no fue informado”, dijo este miércoles Mahmud Vaezi, jefe de gabinete del presidente Hasan Rohani.
En cuanto a la grabación mencionada por Zelenski, fue enviada a los ucranianos por “lo que no tiene nada secreto”, añadió Vaezi, indicando que el piloto de Aseman nunca dijo que el avión “haya sido alcanzado por un misil”.
En un comunicado, el martes, la CAO deploró la transmisión del audio por la cadena ucraniana 1+1, e indicó que los investigadores interrogaron al piloto.
Sin la información sobre el misil de las autoridades militares antes del 11 de enero, la investigación de CAO señaló “el probable incendio de un motor o una explosión a bordo”.
Las luces que vio el piloto serían del avión en llamas, añadió, afirmando la voluntad de continuar cooperando con los países concernidos e instando a “todas las partes a evitar politizar” el desastre.
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“Transparencia y justicia”
Pero la negativa iraní a entregar las cajas negras del Boeing a Ucrania o a otro país capaz de recuperar y analizar datos de estos registradores de vuelo dañados, sólo aumenta las suspicacias.
En lugar de facilitarlas, la CAO, que admite no poder recuperar los datos que contienen, afirma que solicitó a la Oficina de Investigación y Análisis francesa (BEA) y a su par estadounidense, NTSB, equipos para hacerlo.
Los países en duelo “continúan pidiendo a Irán que entregue las cajas negras”, tuiteó el martes el ministro de Relaciones Exteriores canadiense, François-Philippe Champagne, tras conferencia telefónica con sus homólogos afgano, británico, sueco y ucraniano.
The community of grieving nations continues to call on #Iran to immediately release the black boxes to allow for a full and transparent investigation into the tragedy of Flight #PS752. @VPrystaiko @AnnLinde @DominicRaab @hchakhansuri pic.twitter.com/cEgC5TuHux
— François-Philippe Champagne (FPC) 🇨🇦 (@FP_Champagne) February 4, 2020
Su par sueca, Ann Linde, tuiteó un mensaje similar pidiendo “transparencia y justicia para las víctimas”.
Los iraníes reaccionaron tras el reconocimiento oficial de la responsabilidad con manifestaciones antigubernamentales acotadas, al grito de “mentirosos” y “basura”
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