Christine Jenkins Tanzi
Los ¢368.644 millones que el Gobierno reducirá en términos de gasto primario en el 2021 con respecto actual 2020 incluye recortes en muchas áreas, pero no en salarios, según explicó el Ministerio de Hacienda la semana anterior.
El Presupuesto Nacional para el 2021 alcanzará un total de ¢11,5 billones (millones de millones), incluyendo ¢4,86 billones en el pago por intereses y amortizaciones y ¢6,59 billones de gasto corriente.
Con respecto al presupuesto actual, esto significa que el Gobierno pagará ¢890.000 millones más por el servicio de la deuda, mientras que recortará el resto del gasto, conocido como el gasto primario, en ¢369.000 millones.
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Isaac Castro, viceministro de Egresos, lo presentó como un presupuesto que “se ajusta a la realidad económica”, pero con recortes en varias áreas.
“Dentro de la partida del gasto corriente, solo el rubro de remuneraciones es la única que crece, pero en general todas las partidas excepto por las remuneraciones dentro del gasto primario están contribuyendo a esa reducción de los más de ¢300 mil millones en gastas que estamos presentado como reducción en el proyecto de presupuesto ordinario”, explicó el viceministro dentro de una conferencia de prensa virtual el viernes.
Para el 2021 la partida de “remuneraciones” del proyecto concentra la mayor parte de los recursos del gasto corriente, con un monto de ¢2,85 billones, un aumento del 3,8% con respecto al actual.
Sin embargo, Hacienda explicó que esto ahora incluye 11.630 plazas que corresponden a los 50 órganos descentralizados como los museos y Inciensa que pasaron este año a incorporarse directamente en el presupuesto.
Además, varios proyectos de ley que están en discusión en la Asamblea Legislativa permitirían contener el crecimiento de este gasto de ser aprobados, como el pago de anualidades en 2021 y 2022, la Ley Marco de Empleo Público, y el Proyecto de reducción de jornadas.
“No se puede disminuir todo el gasto que se quisiera, porque más de la mitad de este presupuesto va dirigido a dos componentes, que son pagar intereses y amortizar deuda, y el segundo para pensiones. Después, si le agrega a eso el otro componente que son salarias, se va a encontrar con que tiene una rigidez gigantesca en gran parte del presupuesto”, comentó Villegas.
Otras caídas
El gasto en bienes duraderos presenta una caída del -4,1% en el pago de servicios, del -2,3% en materiales y suministros, del -33% en bienes Duraderos, del -9,8% en transferencias corrientes y del -20,2% en transferencias de capital.
“Lo que quisiéramos dejar claro es que hacemos un esfuerzo de contención en todas las partidas transversalmente, pero no es que esté reduciéndose eso a nivel de cero, se deja lo que posiblemente es más prioritario hacer y lo que posiblemente está dentro de las posibilidades de este país de financiar con ingreso corriente y con financiamiento en los mercados de deuda pública costarricenses”, explicó Castro.
El 54,9% del presupuesto total del 2021 proviene del financiamiento por deuda mientras que el 45,1% se pagará por medio de impuestos y otros ingresos. En los documentos del presupuesto, muchos de los ministerios se refieren a las indicaciones giradas por el Poder Ejecutivo para la reducción de un 10% del gasto con respecto al monto autorizado para el ejercicio económico 2020 como parte del contención de gasto.
En términos del gasto social, parte de las caídas reflejan programas y fondos que se financian con las cargas sociales a los salarios, tales como el 5% de los salarios que llegan al Fondo de Desarrollo Social y Asignaciones Familiares (Fodesaf).
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“Respecto al presupuesto actual, la cifra hay que mirarlo con cuidado. Lo único que hemos recortado en materia social son algunas transferencias para el tema del Fondo de Subsidios para la Vivienda, que anda por ¢41.000 millones y algunas transferencias que hacía Fodesaf a algunas organizaciones, que no suman ¢9.000 millones, eso digamos es la parte en materia social”, agregó.
Por eso, mucha de la afectación en temas sociales, se debe al recorte en corresponde una menor asignación por una caída en el empleo o la recaudación.
Lo mismo pasa con el impuesto a los combustibles, que detiene destinos específicos como financiar el mantenimiento de la red vial, tanto a través del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) como de las municipalidades. Hacienda estima que este tributo tendría un repunte leve alcanzando alrededor de ¢514.000 millones, no obstante, todavía no recuperará el nivel de ¢552.016 millones previo a la pandemia de COVID-19.
Christine Jenkins Tanzi
