Christine Jenkins Tanzi
La comunidad de Playa Moín se ha unido para proteger los nidos de tortugas este año, al no contar con el apoyo de policías de la Fuerza Pública por la pandemia de COVID-19.
Los vecinos de la playa vigilan desde sus casas la actividad de las tortugas en la playa para llegar antes de los hueveros, con lo que han logrado recoger 278 nidos, alrededor del 50% de lo que se logra en un año normal, explicó Didiher Chacón Chaverri, director del Proyecto de Conservación de Tortugas Marinas en Playa Moín.
Desde el 15 de marzo, solo contaron con la presencia de la Fuerza Pública durante dos noches por lo que el proyecto frenó los patrullajes de noches para evitar conflictos en la playa donde fue asesinado el ambientalista Jairo Mora Sandoval en mayo de 2013.
La Fuerza Pública canceló la participación durante la pandemia para atender otros temas como la restricción vehicular y otros controles debido a la emergencia sanitaria, explicó Chacón durante una entrevista.
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“Esa es la razón por la cual las patrullas de monitoreo que se enfrentan a los hueveros todas las noches no tenían funcionarios de la Fuerza Pública cada noche o no tuvieron nunca. Todavía en estos momentos el proyecto sigue liberando tortuguitas pero los funcionarios de la Fuerza Pública no aparecen porque están dedicados de forma muy comprensible a atender temas de la pandemia”, dijo Chacón.
Aún así destacó los 278 nidos que se recogieron con la colaboración de las personas de la comunidad así como las liberaciones de tortugas que se están haciendo con seguridad privada pagada por APM Terminals.
“Es como andar con las manos atadas, pero en esta condición de pandemia, es la única forma. Ya veremos, imagínese que aún en esa condición llegamos a llenar el vivero con cerca del 50% de los nidos del año pasado con presencia de la Fuerza Pública”, comentó.
Vecinos llegan primero
Chacón explicó que este año se ha dependido de lo que se refiere a la regla en el caribe para evitar conflictos, en el que tiene prioridad el primero se acerque a la tortuga, ya sea voluntario o huevero.
“El primero que llega a la tortuga es el ‘dueño’ de la tortuga por así decirlo, y eso es totalmente ilegal, pero es la regla. Si por ejemplo mi personal, mis voluntarios, llegan primero a la tortuga, nosotros podemos recoger los huevos. Pero si hay un huevero que llegó primero, el huevero se va a portar totalmente agresivo y va a tratar de ser vengativo con las patrullas”, comentó.
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“Nosotros vamos muy temprano en la mañana a recogerlos y traemos la nidadas al vivero, pero nadie camina la playa de noche porque se enfrentarían a los hueveros, y la única entidad que tiene el poder de controlar el saqueo ilegal de huevos es la Fuerza Pública”.
Normalmente, alrededor de la mitad del mes de febrero comienzan a llegar las primeras baulas, con un pico de anidamiento en abril y mayo. Después de eso baja y partir de finales de setiembre hasta enero no hay actividad.
“La gente de la comunidad que vive ahí, ve la tortuga, llega rápida y ya entonces es ‘dueño’ de los huevos, y nos da los huevos a nosotros porque el final lo que están pensando es en ecoturismo, están pensando en el futuro sostenible a largo plazo de ellos”, agregó.
Más de 70.000 tortugas
Entre el 2015 y 2019 se han logrado liberar más 70 mil tortugas, de las cuales 90% corresponden a baúlas, 8% han sido verdes y 2% carey.
Chacón dijo que durante cada jornada de liberación se contó con el apoyo de personas de la comunidad, colaboradores del proyecto y al menos 100 niños y niñas de las escuelas de la zona, que forman parte del programa de educación ambiental del proyecto.
“Antes del proyecto casi la totalidad de las nidadas se saqueaban, hoy de cada nido, conformado aproximadamente de 83 huevos, el 65% corresponde a tortugas que se liberan exitosamente”, señaló.
Para el 2021 se considera la posibilidad de aceptar más personas voluntarias y crear un grupo de guías locales para iniciar caminatas nocturnas, con la intención de eliminar el consumo de sus huevos y carne, fomentando la educación ambiental y el ecoturismo con ciudadanía local como clientes.
El Proyecto de Conservación tiene un equipo de dos biólogos y cinco personas de la comunidad con conocimientos en saqueo de huevos.
El Centro Científico Tropical (CCT) es el desarrollador del proyecto de protección de huevos de tortugas marinas y la liberación de neonatos sobre la franja de 18 kilómetros de playa entre las desembocaduras de los ríos de Moín y Matina.
Para el 2021 se considera la posibilidad de aceptar más personas voluntarias y crear un grupo de guías locales para iniciar caminatas nocturnas, con la intención de eliminar el consumo de sus huevos y carne, fomentando la educación ambiental y el ecoturismo con ciudadanía local como clientes.
Playa Moín se caracteriza por el desove de tres tipos de tortugas marinas: verde, consideradas en peligro de extinción y la baula y carey, las cuales siguen en peligro crítico de extinción. (Foto: Casa Presidencial)
Christine Jenkins Tanzi
