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¿Cómo ser papá y mamá sin dejar de ser pareja? (II parte)

Para El Observador. En la columna anterior hablaba sobre la realidad que enfrentan las parejas cuando se convierten en papá…

Por Emilia Malavassi

Tiempo de Lectura: 3 minutos
¿Cómo ser papá y mamá sin dejar de ser pareja? (II parte)
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Para El Observador. En la columna anterior hablaba sobre la realidad que enfrentan las parejas cuando se convierten en papá y mamá. Mencionaba algunos cambios que se experimentan con el nacimiento de un bebé y el impacto que tienen en la relación.

Hoy quiero dedicar este espacio para darles tres consejos puntuales para lograr convertirse en papás y seguir siendo pareja:

Primero, concéntrense en aumentar lo positivo en la relación, en hacer un esfuerzo por señalar las cosas buenas. Recuerden que hay mucho que están decidiendo y aprendiendo, y que por tanto, hay muchos momentos donde el conflicto se puede dar, muchos eventos donde la crítica puede aparecer. Entonces, vayan un paso adelante, si ya sabemos que eso ocurre, busquen diariamente oportunidades para señalar lo bueno.

Hay algo importante que entender: la crítica constructiva sigue siendo crítica, y cuando nos sentimos criticados, automáticamente, nos sentimos atacados y por tanto la reacción es defendernos. Digan lo bueno, agradezcan cada cosa que puedan por pequeña que sea, busquen reconocer lo positivo. Al hacer esto están trabajando en desarrollar una perspectiva positiva de la relación y esto facilita ver las cosas desde el mejor ángulo posible.

Segundo, ante los inevitables conflictos desarrollen una estrategia para enfrentarlos. Permitan un tiempo de pausa cuando están alterados, no conversen con las emociones a flor de piel, dejen que “se les pase” y luego retomen el tema; se sorprenderán al saber que 20 minutos pueden hacer que las discusiones se vean muy diferente (y está comprobado científicamente).

Pero luego conversen. No dejen pasar las cosas, porque sino lo que están realmente haciendo es acumulándolas. Al hablar de lo sucedido escuchen cómo vivieron la situación cada uno; son dos puntos de vista diferentes pero ambos reales, intenten aceptar responsabilidad de sus acciones y busquen maneras de evitarlo en un futuro. Tener la necesidad de encontrar un ganador y un perdedor en cada conflicto los afectará a ambos, ni quieren ser “los malos” ni les gustaría tener de pareja “al malo”, entonces eviten esa necesidad y busquen construir.

Tercero, conversen sobre los cambios que han tenido en la transición de pareja a familia, en ese 2 + 1 que nos cambia. Pregúntense a ustedes mismos y a sus parejas sobre lo que más extrañan de antes y lo que más disfrutan de ahora. Tomen el tiempo para escuchar y entender lo que cada uno responde a esto; no se trata de cuestionarlo, porque sino el ejercicio no será de provecho. Se vale llegar a decir “comprendo pero no comparto”; el que sean los papás del mismo bebé no implica que extrañen y/o disfruten lo mismo.

Si aprenden a escucharse y a dar lugar a lo que cada uno necesita, están preparados para empezar a restablecer el balance en la relación. Con papel, lápiz y un calendario, siéntense y busquen la forma de abrir lugar para cada uno y para la relación, intentando sentirse cómodos y en equilibrio, no hay una receta.

Calendaricen los momentos de pareja, si esperan que haya tiempo este puede no llegar, entonces busquen la posibilidad de tener tiempos juntos y en ese espacio busquen conectar emocionalmente, será para hablar de ustedes dos y no para caer en conversaciones administrativas.

Recuerden que la intimidad física está directamente relacionada a la intimidad emocional,  y esta es una de las principales razones por las que la intimidad disminuye cuando llegan los hijos, afectando aún más la relación porque la parte física es igualmente importante en una relación de pareja.

Espero que estos consejos les sean de utilidad, vale la pena invertir y trabajar por una mejor relación de pareja. Háganlo por sus hijos, por sus familias, y por supuesto, por ustedes mismos, la vida es muy linda, aún con sus dificultades, y todos tenemos derecho a sentir que estamos viviendo, y no que estamos sobreviviendo.

Emilia Malavassi es psicóloga, especialista en terapia de pareja y familia.
Teléfono: 8970-3838
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