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¿Clases por Zoom por $70.000? La crisis del coronavirus impacta en estudiantes de EE. UU.

El costo de la educación universitaria ha sido desconcertante durante mucho tiempo en Estados Unidos, donde un año de estudios…

Por AFP

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¿Clases por Zoom por $70.000? La crisis del coronavirus impacta en estudiantes de EE. UU.
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El costo de la educación universitaria ha sido desconcertante durante mucho tiempo en Estados Unidos, donde un año de estudios superiores cuesta decenas de miles de dólares.

Pero a medida que se instala la crisis del coronavirus, los estudiantes, muchos de los cuales obtienen grandes préstamos para financiar sus títulos, se preguntan cómo justificar el gasto de 70.000 dólares al año en… clases a través de la aplicación de videollamadas Zoom.

Sienten que están saliendo perjudicados y exigen que sus universidades rindan cuentas.

“Estamos pagando por otros servicios que ofrece el campus que no están digitalizados”, dice Dhrumil Shah, quien está haciendo una maestría en salud pública en la Universidad George Washington.

El estudiante de 24 años accedió a préstamos para pagar parte de su programa de dos años en la capital estadounidense. En unos días obtendrá su diploma, pero no habrá una ceremonia tradicional de graduación.

Shah ha firmado una de varias peticiones que exigen algún tipo de reembolso.

“Creo que la calidad del servicio ha disminuido”, declaró a la AFP Shah, originario de Chicago.

Se queja de que el cambio al aprendizaje a distancia, debido a las órdenes de quedarse en casa vigentes en Washington para frenar la propagación del virus mortal, ha resultado en una pérdida de estructura educativa y supervisión.

“Prepara a la persona que pasa por esa experiencia para el fracaso”, dice, admitiendo que se ha vuelto “drásticamente” improductivo sin la responsabilidad de las clases en persona.

Shah no está solo. Muchos estudiantes han lamentado que su experiencia universitaria estadounidense por excelencia se haya perdido: no hay tardes soleadas en campos universitarios jugando al frisbee, no hay clases en laboratorios de alta tecnología, no hay noches locas.

Molly Riddick también firmó una petición exigiendo que su casa de estudios, la Universidad de Nueva York, haga algún tipo de gesto para compensar a sus estudiantes.

“No importa cuánto la NYU insista en lo contrario, simplemente no es posible proporcionar una educación completa en artes escénicas a través de Zoom”, señaló en un comentario en change.org.

Algunos estudiantes han llevado sus quejas a los tribunales. En una demanda a la que tuvo acceso la AFP, Adelaide Dixon acusa a la Universidad de Miami de otorgarle un diploma con un valor “disminuido” debido a la naturaleza de los cursos en línea .

Así, interpuso la demanda contra su universidad por varios millones de dólares, en nombre de unos 100 estudiantes.

Al menos 50 casas de estudio y universidades estadounidenses han sido demandados por motivos similares.

¿Qué pasa en otoño?

Las universidades generalmente han permanecido calladas en público sobre estas acciones judiciales.

Pero aquellas que se han pronunciado insisten en que están atrapadas en una situación difícil y sin precedentes provocada por la pandemia.

Si bien algunas han reembolsado parcialmente a los estudiantes por alojamiento y comida, dado que muchos abandonaron los campus a mediados de marzo, ninguna ha ido tan lejos como para reembolsar algo de la matrícula del semestre de la primavera boreal.

Y los problemas podrían empeorar. ¿Qué sucederá a fines del verano o principios del otoño (boreal) cuando las clases generalmente se reanudarían? ¿Regresarán 20 millones de estudiantes a los campus estadounidenses?

En los círculos universitarios, el debate es intenso.

“Espero poder regresar”, dice Ashwath Narayanan, de 19 años, que asiste a la Universidad George Washington.

Asegura que funcionarios universitarios prometieron darle una mejor información en los próximos 10 días, pero admitió: “Me estoy preparando mentalmente para no regresar”.

Es un tanto difícil imaginar cómo la vida en el campus podría volver a ser algo parecida a lo normal, como si la crisis del virus no existiera.

“Los dormitorios y las cafeterías tendrían que ser tratados como supermercados en este momento”, practicando el distanciamiento social y colocando un montón de desinfectante para manos, sostiene Shah.

Y eso parece difícil.

Pamella Oliver, rectora y vicepresidenta de asuntos académicos de la Universidad Estatal de California, en Fullerton, sentenció en una conferencia virtual: “Suponemos que en el otoño, seremos virtuales”.

Pero para muchas escuelas, ofrecer un futuro virtual significa una presión adicional de los estudiantes y sus padres, quienes a menudo pagan la factura, especialmente dada la grave situación económica en Estados Unidos.

“Muchos estudiantes y familias ganarán menos y tendrán menos dinero disponible para la educación postsecundaria”, explicó Ted Mitchell, presidente del Consejo Estadounidense de Educación, en una carta enviada al Congreso.

Mitchell estima, por tanto, que las inscripciones caigan un 15% para el próximo año académico, lo que se traduciría en una pérdida de 23.000 millones de dólares para las universidades.

Grandes universidades -como Harvard, Yale y Stanford- podrían sobrevivir con sus reservas y capacidad para acceder a financiamiento, pero otras más pequeñas podrían verse en bancarrota si las inscripciones caen abruptamente.