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Alegres y emocionados, nicaragüenses respondieron llamado de su selección

El debut de Costa Rica este domingo en la Copa Oro ante Nicaragua ya era, por si sólo, histórico, al…

Por Marco Marín

Tiempo de Lectura: 4 minutos
Alegres y emocionados, nicaragüenses respondieron llamado de su selección
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El debut de Costa Rica este domingo en la Copa Oro ante Nicaragua ya era, por si sólo, histórico, al ser parte de la primera fecha del torneo que se disputa fuera de Norteamérica.

Sin embargo, para los seguidores del país vecino el partido tenía aún mayor relevancia no solo por el desarrollo que ha experimentado el fútbol pinolero durante los últimos años, sino también por la ancestral relación entre ambos países.

Como era de esperar, la comunidad nicaragüense, la más grande de extranjeros en Costa Rica, se hizo presente en las graderías del Estadio Nacional. Tampoco hicieron falta los aventureros que acudieron a la cita desde diversas partes del país vecino.

Jeannette Gutiérrez, Kevin Castro y el pequeño Garreth Alexánder llegaron al Estadio Nacional para apoyar a Nicaragua. (Marco Marín/El Observador)

Comunidad presente

Jeannette Gutiérrez, con más de 25 años de vivir en Costa Rica, no dudó en comprar su entrada para el partido, al que acudió en compañía de su pareja, Kevin Castro, y de su hijo Garreth Alexánder.

“Es una emoción. Tengo mucha alegría porque para poder ver a la Selección hay que ir hasta allá y es muy difícil. Ahora que está aquí, hay que venir a verla”, afirmó muy orgullosa.

Tanto ella como Castro migraron al país cuando eran pequeños y ahora su hijo, nacido en Costa Rica, los une aún más a tiquicia.

“Yo soy criado acá y él es nacido aquí. Es mucha ilusión poder ver a Nicaragua. Yo lo deseé por el ‘bullying’ y todo el morbo que hay. Desde chiquito estoy aquí y tengo los dos sentimientos, entonces espero un 1-1”, pronosticó Castro.

Fabiola López tiene siete años de vivir en Costa Rica. Por eso, aseguró, no dudó en comprar las entradas de inmediato cuando supo del partido.

“Apenas dijeron lo del partido le dije a mi hija: ‘¡vamos, vamos!’, y de una vez fuimos alistando la camisa y todo”, explicó la madre.

Mientras tanto, Reyner Rodríguez, con cuatro años de vivir en el país, aprovechó para expresar su cariño por las dos naciones, al pintarse las banderas de ambos países en su cara.

Reyner tiene cuatro años de vivir en Costa Rica pero ya siente un fuerte cariño por el país. (Marco Marín/El Observador)

“Es que aquí he hecho buenos amigos, y es un sentimiento. Espero que ganemos y también avanzar en el grupo”, dijo, a medida que hacía su ingreso al reducto.

En cambio, Milbert y Dolores López, junto con Maynor Aragón viajaron desde la ciudad de Carazo, en Diriamba, a unas dos horas y media de la frontera con Costa Rica. La primera parte la hicieron en carro, y en Peñas Blancas abordaron un autobús.

Aragón destacó que, más allá de la competitividad, el juego contra Costa Rica es un buen parámetro para su equipo.

“Venimos de un encuentro excelente ante Argentina. Sabemos que Costa Rica tiene mucha experiencia. Ahí es donde vamos a probar si hemos mejorado, o no, en los últimos dos o tres años”, aseguró Dolores López.

Dolores López (izquierda), su hermano Milbert (centro) y Mayron Aragón, viajaron desde Diriamba, Nicaragua, para poder ver el partido. (Marco Marín/El Observador)

Optimismo

A pesar de caer goleados frente a Costa Rica, los aficionados nicaragüenses mostraron el mismo optimismo que antes del pitazo inicial.

Caminando en las afueras del Estadio Nacional, la familia Etien, compuesta por dos Adolfo de 43 y 18 años, Róger (19) y Jacobo (13) aseguraron que se van de vueta con un buen sabor, a pesar de la derrota.

“Nos deja una impresión dulce. El marcador no refleja el partido que hicimos. Nicaragua ha avanzado bastante y creo que aún podemos pasar”, aseguró Adolfo hijo.

Los Etien viajaron en carro desde Managua, Nicaragua, en un periplo relámpago ya que llegaron el domingo en tarde a San José y volvieron el lunes temprano a su país.

Róger, los Adolfos y Jacobo Etien, se devuelven a Managua, con la esperanza de clasificar a la siguiente fase. (Marco Marín/El Observador)

Un poco más cauta se mostró Stephanie Alvarado, quien vino desde la ciudad de Granada solo para ver el partido.

“Tengo sentimientos encontrados. Vinimos con mucha emoción a apoyar a nuestro equipo. Las esperanzas siguen, pero cada vez más difíciles. Haití jugó demasiado bien contra las Bermudas”, analizó la pinolera de 30 años.

A medio llenar

Hacia el final del encuentro una voz en el altavoz del estadio anunció que la asistencia oficial al partido fue de 19.140 aficionados. El Estadio Nacional tiene capacidad para 35.100 aficionados, por lo que solo se llenó el 54.5% del reducto.

Basados en un sondeo superficial, sería posible asegurar que al menos una tercera parte de los asistentes fueron aficionados nicaragüenses, dejando claro que nuestros vecinos respondieron a la histórica cita de su selección nacional.

Este jueves, Nicaragua se juega sus posibilidades de clasificar, ante un Haití que dejó buenas sensaciones al remontar un 1-0 frente a Bermudas y ganar con dos goles de Frantzdy Pierrot, en el segundo tiempo.

Pinoleros y caribeños se enfrentarán, este jueves, en el Toyota Stadium, en la ciudad de Frisco, en el estado de Texas. Este es el mismo escenario en el que, dos horas después, la Sele enfrentará a Bermudas.

Las banderas nicaragüenses ondearon, este domingo, en muchas partes de las graderías del Estadio Nacional. (Marco Marín/El Observador)