Escuela Especial en Santa Ana seguirá sin estar lista para recibir estudiantes

El coronavirus interrumpió el ciclo lectivo. Pero aún antes de la pandemia, un conflicto en el desarrollo de infraestructura del Ministerio de Educación Pública (MEP), evitó el uso de la recién construida Escuela de Enseñanza Especial de Santa Ana. Esto se debió a disputas e inconformidades entre constructores y autoridades, que hoy continúan ocurriendo.

El regreso paulatino a clases presenciales depende en gran medida del análisis de la infraestructura que realiza el Ministerio de Salud para dar el visto bueno.

Sin embargo, esta escuela y seis obras más sufren las diferencias entre el Consorcio Ideco-Ruco-GCI, y el fideicomiso a cargo del Banco Nacional para obras del Ministerio de Educación Pública (MEP) (Fideicomiso MEP-BID-BNCR):

• Liceo Rural Santa Rosa
• Escuela La Hermosa
• Escuela Azul
• Colegio Técnico Profesional (CTP) Santa Lucía
• CTP Hojancha
• CTP 27 de abril

“La tónica en estos meses ha sido de demandas y documentos legales, solicitando que les recibamos los centros educativos, dando por un hecho de que están listos y entregados, cuando no es así”, justificó Lourdes Fernández, directora de Fideicomisos del Banco Nacional (BNCR).

El representante legal del Consorcio, Wálter Brenes, explicó que llevan un año y medio en este proceso, cuando se tenía contratado finalizarlo en tres meses.

“Nosotros no estamos obligados a cubrir los costos de obras adicionales, lo cual es responsabilidad directa del mismo fideicomiso que nos debe un monto de $5,4 millones. Cuando nos paguen ese monto, con mucho gusto retomamos las obras”, afirmó el abogado.

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Situación actual

“El Banco Nacional se encuentra analizando con la empresa constructora. Esperamos que en las próximas semanas sean atendidas estas situaciones de cara a que el MEP pueda recibir estas obras en los meses venideros”, fue la única respuesta por parte del MEP, tras varias consultas de El Observador.

La Escuela de Enseñanza Especial de Santa Ana está un 99% terminada. ¿Qué hace falta? “La última nota que se envió presentaba más de 90 temas pendientes de previo a recibir el centro educativo”, aseguró Fernández.

Desde finales del año pasado, no se ha realizado ni un solo avance en este centro nuevo de Santa Ana, cuando la infraestructura del centro anterior es totalmente precaria. Ante esta situación, al retomar las clases presenciales, los niños de esta escuela no podrán regresar a ninguna de las dos opciones.

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¿Qué sigue?

Dentro del proceso de construcción con estos fondos existen otros tres actores_

• la Unidad Supervisora del Proyecto (USP) del MEP
• la Unidad Ejecutora del Proyecto (UEP) de un consorcio privado
• y Cacisa la firma que realiza la supervisión de las obras para el fideicomiso

Según la funcionaria del Banco Nacional el fideicomiso sigue parámetros de los planos y temas de arquitectura e ingenieria de la supervisora Cacisa. Así mismo se realizan inspecciones con la Unidad Supervisora del Proyecto del MEP, y la Unidad Ejecutora del Proyecto de otro consorcio privado.

“Hemos estado trabajando conjuntamente con abogados del MEP y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), mediadores propios del Banco Nacional para solucionar lo más pronto posible”, alegó Fernández.

“Nuestra posición es insistir en el Comité de Resolución de Conflictos, la misma doña Lourdes, en forma arbitraria y autoritaria, nos está diciendo que no procede cuando es una figura contractual debidamente establecida y que además es la forma correcta de proseguir cuando hay una diferencia tan grande”, externó Walter Brenes.

Podrían faltar de dos a tres meses para lograr continuar con los proyectos. Fernández dijo que se planea realizar una sesión de contrato de construcción para que otras empresas puedan finalizar las obras.

“Ninguna empresa constructora va a querer trabajar con el fideicomiso del BN. Ha sido tan desastroso el manejo de Lourdes Fernández, que empresas más grandes que nosotros incluso no van a aceptar más proyectos, ya que ya somos muchos los que hemos tenido serios problemas y hemos perdido mucho dinero”, aseveró Brenes.

Ante la consulta del porqué de las trabas, la directora afirmó que el centro tiene que ser 100% funcional. “Si faltan puertas que impidan el acceso de los estudiantes a la cocina, o iluminación en ciertos sectores, tubos que entorpecen la higiene óptima de los menores, no se puede dar por recibido el centro”, agregó Fernández.

Aclaró que en muchas ocasiones se reciben centros y se dan plazos para terminar faltas menores, siempre con base en planos y documentos.

“Las licitaciones se hicieron por grupos de obra, para no tener 50 empresas distintas y poder manejarlo de una forma más práctica. Este Consorcio Ideco-Ruco-GCI ganó dos licitaciones y fueron trabajando muy bien hasta hace poco que los frenó un asunto financiero. Ya estaban contratados con muchas obras en camino y ahora nos encontramos aquí, en pausa”, concluyó la encargada por parte del Banco Nacional.

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