Tomás Gómez
El brote de coronavirus en el centro de San José ha encontrado en las cuarterías un espacio óptimo para esparcirse, lo que ha centrado las críticas en ese tipo de residencias.
Dos semanas atrás el jefe de la Policía Municipal, Marcelo Solano, explicó las dificultades legales que tienen para intervenir dichos centros. Este jueves, el alcalde josefino Johnny Araya insistió no solo en las complicaciones para intervenirlas, sino también sobre posibles efectos de su cierre.
“Hemos coincidido tanto el Ministerio de Salud, el IMAS y la Municipalidad en que sería un error cuando se habla de cerrar cuarterías. Sería echar 15.000 personas a la calle a que vayan a incrementar más el número de habitantes de calle. Eso sería incrementar más la problemática social y el riesgo que tenemos con la pandemia”, dijo el político a El Observador.
De acuerdo con Araya, al no estar las cuarterías inscritas como negocios con patentes comerciales la única posibilidad para proceder a su clausura sería una orden de Salud, que proceda a declarar los edificios como inhabitables.
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Capital de la pandemia
Con el afianzamiento de la segunda ola de COVID-19 en el Valle Central el cantón capitalino se convirtió en el epicentro de la pandemia, y alberga a uno de cinco cinco casos registrados a nivel nacional.
El golpe principal se ha dado en los distritos de Pavas y La Uruca, con los peores indicadores a nivel nacional. Pero otras localidades como Hatillo y San Sebastián también han reportado incrementos importantes.
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El alcalde Araya definió a la ciudad como “la más expuesta que tiene el país”, tanto por ser la más poblada como por el alto tránsito de personas ajenas, que ronda el millón de visitantes diarios.
Ante las críticas hechas al gobierno local por el papel que ha tenido en medio de la crisis, Araya insistió en que desde el arranque de la crisis ha dado seguimiento y coordinación con instituciones nacionales. Defendió que el ayuntamiento ha dado ayudas sociales adicionales e instaló albergues para los más vulnerables.
